Con la ayuda del Señor llegó a ser un cazador muy valiente. Por eso, se hizo popular decir: «Tan valiente como Nimrod, quien llegó a ser un excelente cazador porque el Señor lo ayudó».
Jeremías 16:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Ahora envío a llamar a muchos pescadores para que los pesquen de lo profundo en donde se ocultan de mi gran cólera, dice el Señor. Envío a buscar cazadores para que los persigan como a venados en el bosque o cabras monteses en riscos inaccesibles. Adondequiera que corran huyendo de mi juicio, los hallaré y los castigaré. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 He aquí que yo envío muchos pescadores, dice Jehová, y los pescarán, y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán por todo monte y por todo collado, y por las cavernas de los peñascos. Biblia Nueva Traducción Viviente »Ahora mandaré llamar a muchos pescadores para que los capturen —dice el Señor—. Mandaré llamar a cazadores para que los cacen en los montes, en las colinas y en las cuevas. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo enviaré primero a muchos pescadores, dice Yavé, que los pescarán; después, a numerosos cazadores, que los perseguirán por montes y cerros, y hasta en las cavernas de las montañas. La Biblia Textual 3a Edicion He aquí enviaré a muchos pescadores que los pesquen, dice YHVH, y después enviaré muchos cazadores que los cacen por los montes y collados y por las hendiduras de las peñas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mirad: voy a enviar a muchos pescadores -oráculo de Yahveh-, que los pescarán; y luego enviaré a muchos cazadores, que los cazarán en todas las montañas, en todas las colinas y en las grietas de las rocas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) He aquí que yo envío muchos pescadores, dice Jehová, y los pescarán; y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán por toda montaña, y por todo collado, y por las hendiduras de las rocas. |
Con la ayuda del Señor llegó a ser un cazador muy valiente. Por eso, se hizo popular decir: «Tan valiente como Nimrod, quien llegó a ser un excelente cazador porque el Señor lo ayudó».
y se arrastrarán a las cavernas para ocultarse entre ásperas rocas en lo alto de los riscos, tratando de escapar del espanto que el Señor provoca y de la gloria de su majestad cuando él se alce para castigar la tierra.
Acudirán en hordas inmensas que se esparcirán por todo el país, hasta los valles desolados, las cuevas y los espinales, así como hacia toda la tierra fértil.
Debido a estas acciones guerreras todos los habitantes de la ciudad huyen aterrorizados, tratando de escapar del retumbo de los ejércitos en marcha que se acercan, disparando sus flechas contra todos los habitantes. El pueblo huye a los montes y se oculta en los matorrales. Toda la ciudad ha quedado abandonada.
Pero mira, sobre ti desencadenaré desastres y te llenarás de miedo, dice el Señor de los ejércitos, porque todos tus vecinos te echarán de tu tierra y no habrá quien ayude a tus exiliados cuando huyan.
Por más que se escondan serán encontrados y castigados, ha dicho el Señor de los ejércitos. Porque con el mismo cuidado que el vendimiador examina la viña por si algo se le ha quedado, así serán buscados los que queden.
No podemos salir a la calle sin correr peligro. Nuestro fin está cerca, nuestros días están contados, ¡nos ha llegado la hora!
Nuestros enemigos son más veloces que las águilas. Si huimos a las montañas, nos encuentran, si nos escondemos en el desierto, allí nos están esperando.
Vendré contra ti por tu desobediencia; juntaré los ejércitos de las naciones contra ti para castigarte por tus múltiples maldades.
El Señor ha jurado por su santidad que vendrá el tiempo cuando a ustedes y a sus hijos les pondrán ganchos en sus narices, como si fueran reses, y se los llevarán cautivos lejos de aquí.
En aquel día serán como un hombre que al huir de un león, se topa de frente con un oso; o como un hombre que en una habitación oscura se apoya en una pared y lo muerde una víbora.
Ya no hay gente honrada en este país. ¡Ya no queda en este país ni una sola persona que practique la justicia! Son todas homicidas, que se vuelven contra sus propios familiares. ¡Unos a otros buscan hacerse daño!
En aquel día buscaré cuidadosamente por toda Jerusalén a todos los tramposos, castigaré a los que reposan tranquilos después del robo; también a los que se atreven a pensar que el Señor no interviene ni para bien ni para mal.
¿Ves lo que tengo en la mano? Es el borde de tu manto. Lo corté, pero no te quise matar. ¿No te convence esto de que no estoy tratando de causarte daño y que no he pecado contra ti, aunque tú has estado buscándome para darme muerte?
¿Debo morir en tierra ajena, lejos de la presencia del Señor? ¿Por qué el rey de Israel sale en busca de mi vida como quien persigue una perdiz en los montes?