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Jeremías 10:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

¡Oh Señor, no hay otro Dios como tú! Porque grande eres, y poderoso y de gran fama tu nombre.

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Biblia Reina Valera 1960

No hay semejante a ti, oh Jehová; grande eres tú, y grande tu nombre en poderío.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

¡Señor, no hay nadie como tú! Pues eres grande y tu nombre está lleno de poder.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

¡No hay como tú, Yavé; tú eres grande, y grande es tu Nombre poderoso!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

¡Oh YHVH, no hay nadie como Tú! ¡Grande eres, y grande es tu Nombre en poder!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Nadie hay como tú, Yahveh; tú eres grande, y grande en potencia es tu nombre.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No hay nadie como tú, oh Jehová; grande eres tú, y grande es tu nombre en poder.

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Jeremías 10:6
27 Tagairtí Cros  

»¡Cuán grande eres, mi Señor y Dios! ¡Nunca hemos oído de un Dios como tú! ¡Es que no existe otro dios!


Por cuanto el Señor es grande y digno de ser siempre alabado; es más temible que todos los dioses.


Luego, al considerar la situación, convoqué a todos los jefes y al pueblo y les dije: «No tengan miedo: Recuerden que el Señor es grande y poderoso. ¡Peleen por sus amigos, por sus familias y por sus hogares!».


»Y ahora, Dios grande y terrible, que guardas tus promesas de amor y bondad, no tengas en poco los sufrimientos por los que hemos pasado. Gran tribulación ha venido sobre nosotros, sobre nuestros reyes y príncipes, sobre nuestros sacerdotes y profetas, y sobre nuestros antepasados desde los días en que los reyes de Asiria triunfaron sobre nosotros hasta ahora.


¡Grande es el Señor, y digno de toda alabanza; su grandeza no se puede comprender!


¡Cuán grande es él! ¡Su poder es absoluto! Su entendimiento no tiene fronteras.


De lo profundo de mi corazón sube esta alabanza: «¿Quién como tú, Señor? ¿Qué otro protege del fuerte al débil y desvalido, y al pobre y menesteroso de quienes desean despojarlos?».


¡Qué grande es el Señor! Cuánto debemos alabarlo en su monte santo en la ciudad de nuestro Dios.


Grande es el Señor y digno de alabanza, más respetado que todos los dioses.


¿Quién es como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién es glorioso y santo como tú? ¿Quién es tan poderoso como tú? ¿Quién hace tantas maravillas y prodigios?


―Mañana mismo —respondió el faraón. ―De acuerdo —dijo Moisés—. Será como has dicho. Así sabrás que no hay nadie como el Señor nuestro Dios.


Si no obedeces, entonces él enviará una plaga que realmente vendrá sobre ti, tus siervos y toda la gente de Egipto. Dile que le voy a demostrar que no hay otro Dios en toda la tierra.


Cante jubiloso su canto de reconocimiento todo el pueblo de Jerusalén. Porque grande y poderoso es el Santo de Israel, que mora entre ustedes.


¿Cómo describir a Dios? ¿Con qué podemos compararlo?


¿Con quién me compararán? ¿A quién me dan por igual?, pregunta el Santo.


¿A qué me compararán en el cielo o en la tierra? ¿A qué me igualarán?


no echen en olvido las muchas veces que con claridad les dije lo que acontecería en el futuro! Porque yo soy Dios, yo y nadie más, y no hay otro que me iguale,


¡Qué diferente es el Dios de Jacob, él es el Creador de todo, e Israel es su nación elegida. Señor de los ejércitos es su nombre.


Eres amoroso y bondadoso para con millares de personas y sin embargo, los hijos y las hijas sufren las consecuencias de las faltas cometidas por sus padres. Tú eres el grande y poderoso Dios, el Señor de los ejércitos.


¡Las muestras de su poder son maravillosas! ¡Su reino es para siempre! ¡Él gobierna en todas las generaciones!


«Al cabo de los siete años yo, Nabucodonosor, alcé mi vista hacia el cielo, y recobré la razón, y elogié y rendí homenaje al Dios Altísimo y reconocí humildemente a Aquel que vive por todos los tiempos. Él gobernará para siempre, y su reino no tendrá fin.


»Sepan que mi fama es muy grande y respetada en todas las naciones que hay desde el oriente hasta el occidente. Por todo el mundo ofrecen perfumes delicados y ofrendas puras en honor a mi gran fama. ¡De qué manera se ha extendido mi fama entre las otras naciones! Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.


para nosotros sólo hay un Dios: el Padre, de quien vienen todas las cosas y quien nos hizo para él; y sólo hay un Señor: Jesucristo, quien lo creó todo y nos da vida.


Pero la roca de otras naciones no es como nuestra Roca. Aun sus enemigos lo reconocen.


»No hay como el Dios de Jesurún, desciende de los cielos con majestuoso esplendor para ayudarte.