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Salmos 48:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

1 ¡Qué grande es el Señor! Cuánto debemos alabarlo en su monte santo en la ciudad de nuestro Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado En la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡Qué grande es el Señor, cuán digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, situada sobre su monte santo!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Grande es el Señor y muy digno de alabanzas, en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo,

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Cántico. Salmo de los hijos de Coré. ¡Grande es YHVH, y digno de ser alabado en gran manera En la ciudad de nuestro Dios, en su santo monte,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Canto. Salmo. De los hijos de Coré.

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Salmos 48:1
31 Tagairtí Cros  

Y los levitas Jesúa, Cadmiel, Baní, Jasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías clamaron: «Pónganse de pie y adoren al Señor nuestro Dios, porque él vive desde la eternidad y hasta la eternidad. ¡Alaben su glorioso Nombre! Su gloria excede a cualquier bendición o alabanza.


¡Grande es el Señor, y digno de toda alabanza; su grandeza no se puede comprender!


¡Cuán grande es él! ¡Su poder es absoluto! Su entendimiento no tiene fronteras.


El Señor declara: «Este es el rey que he elegido. Lo he puesto en el trono de Jerusalén, mi santo monte».


Te exaltaré, Señor, porque me has salvado de mis enemigos. No dejas que me derroten:


¡Así como el ciervo jadea anhelando el agua, te anhelo yo, Dios!


Dios es nuestro amparo y nuestra fuerza, nuestra pronta ayuda en tiempos de tribulación.


Un río de gozo fluye a través de la ciudad de nuestro Dios, de la santa morada del Dios Altísimo.


Él reina sobre todas las naciones, sentado en su santo trono.


A ti, oh Dios, te pertenece la alabanza en Sion. A ti te deben cumplir los votos,


y eligió a la tribu de Judá, y al monte Sion, que él amaba.


Porque tú eres grande y haces grandes maravillas. Sólo tú eres Dios.


Sobre el santo monte está la ciudad fundada por Dios.


De ti, ciudad de Dios, se dicen cosas gloriosas.


Grande es el Señor y digno de alabanza, más respetado que todos los dioses.


Exalten al Señor nuestro Dios; adórenlo en su santo monte: ¡Santo es el Señor nuestro Dios!


En aquel día sonará la gran trompeta y muchos que estaban para morir entre sus enemigos, asirios y egipcios, serán librados y llevados a Jerusalén para que adoren al Señor en su santo monte.


El Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: Cuando yo los traiga de regreso dirán en Judá y sus ciudades este refrán: «¡El Señor te bendiga, oh lugar donde se practica la justicia, lugar santo!».


»Pero Jerusalén se convertirá en refugio de los sobrevivientes de Israel. ¡Israel volverá a ocupar su tierra, aunque sólo será un grupo pequeño de sobrevivientes!


Pero en los últimos días, la montaña sobre la cual se asienta el templo del Señor se convertirá en la más famosa montaña del mundo, será la colina más elogiada de la tierra; personas de todas las naciones del mundo irán a visitarla.


Ahora voy a regresar a mi tierra y habitaré en Jerusalén, y Jerusalén será conocida como “Ciudad Fiel”, y Sion será llamado “Monte Santo”».


»Por lo tanto, cuando vean que aparece en el Lugar Santo la desoladora impureza de que habla el profeta Daniel (¡preste atención el lector!),


Ustedes, por el contrario, se han acercado al monte Sion, a la Jerusalén celestial, la ciudad del Dios viviente. Se han acercado a la reunión de millares de ángeles,


Y del trono brotó una voz que decía: «Alaben al Dios nuestro los siervos del Señor que le temen, pequeños y grandes».


Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de donde estaba Dios. Tenía la apariencia gloriosa y bella de una novia.


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