El padre la reconoció de inmediato. ―Sí, es la túnica de mi hijo. Algún animal salvaje destrozó a mi hijo y se lo comió.
Génesis 48:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Israel entonces le dijo a José: ―Jamás pensé que te volvería a ver. Sin embargo Dios me ha permitido ver a tus hijos también. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y dijo Israel a José: No pensaba yo ver tu rostro, y he aquí Dios me ha hecho ver también a tu descendencia. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Jacob le dijo a José: —Nunca pensé que volvería a ver tu rostro, ¡pero ahora Dios me ha permitido ver también a tus hijos! Biblia Católica (Latinoamericana) Israel dijo a José: ' Nunca pensé que volvería a verte, y ahora Dios me concede ver incluso a tus descendientes. La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo Israel a José: No contaba con ver tu rostro, y fíjate, ’Elohim me ha hecho ver también tu descendencia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo Israel a José: 'No contaba yo con ver más tu rostro; pero Dios ha hecho que te viera a ti y también a tu descendencia'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo Israel a José: No pensaba yo ver tu rostro, y he aquí Dios me ha hecho ver también tu simiente. |
El padre la reconoció de inmediato. ―Sí, es la túnica de mi hijo. Algún animal salvaje destrozó a mi hijo y se lo comió.
Toda su familia trató en vano de consolarlo. Pero él decía: «No dejaré de llorar hasta que muera y me reúna con mi hijo». Y seguía llorando.
Entonces Jacob exclamó: ―¡Ustedes me han privado de mis hijos! Perdí a José, luego a Simeón, y ahora quieren llevarse a Benjamín. Todo se ha confabulado en mi contra.
¡José está vivo! —exclamaron al contárselo—. Es el gobernador de toda la tierra de Egipto. Jacob se quedó pasmado, y no les creía.
Debido a su avanzada edad, Israel no podía ver bien. Por eso, José le acercó sus hijos. Entonces Israel los besó y abrazó.
José tomó a sus hijos de la mano, se inclinó delante de su padre, e hizo que los muchachos se postraran delante de su abuelo: Efraín a la izquierda de Israel y Manasés a su derecha.
Los nietos son la corona del anciano; los padres el orgullo de sus hijos.
A Dios sea la gloria, pues por su poder eficaz que actúa en nosotros, él puede hacer muchísimo más de lo que nos podemos imaginar o pedir.