Y la vio Siquén hijo de Jamor, el jefe de los heveos. Entonces la agarró a la fuerza y la violó.
Génesis 34:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero Siquén quedó profundamente enamorado de ella y trató de ganarse su cariño. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero su alma se apegó a Dina la hija de Lea, y se enamoró de la joven, y habló al corazón de ella. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, luego se enamoró de ella e intentó ganarse su cariño con palabras tiernas. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero se quedó prendado de Dina, hija de Jacob, se enamoró de la joven y le habló de amor. La Biblia Textual 3a Edicion Pero su alma se apegó a Dina, la hija de Jacob, y se enamoró de la muchacha, y habló al corazón de la muchacha. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Su alma se prendó de Dina, hija de Jacob, se enamoró de la joven y se esforzó por conseguir su afecto. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y su alma se apegó a Dina la hija de Lea, y se enamoró de la doncella, y habló al corazón de la doncella. |
Y la vio Siquén hijo de Jamor, el jefe de los heveos. Entonces la agarró a la fuerza y la violó.
Por eso le dijo a su padre: ―Ve y pídeme a esa joven por esposa, pues quiero casarme con ella.
No, no tengan miedo. Yo mismo cuidaré de sus familias. Y de esta manera les habló con mucho cariño y los tranquilizó.
Ahora, levántese y hable de corazón a los que lo siguen, porque le aseguro por el Señor, que si no lo hace, ninguno de ellos se quedará aquí para la noche. ¡Eso será peor desgracia que todas las desgracias juntas que haya tenido!».
(El rey Ezequías felicitó a los levitas por aquella excelente música, pues de verdad habían puesto todo su empeño en adorar al Señor). Durante siete días celebraron la fiesta y presentaron ofrendas de paz, y el pueblo confesó sus pecados al Señor, Dios de sus padres.
Hablen tiernamente a Jerusalén y díganle que han terminado sus días de dolor y amargura. Sus pecados han sido perdonados, y el Señor le dará el doble de bendiciones comparado con el castigo que ha recibido.
»Pero yo la conquistaré de nuevo, la llevaré al desierto y allí le hablaré con ternura.
»En aquel día ella me llamará “mi esposo” en vez de “mi señor”. Lo digo yo, el Señor.
El hombre, tomando a un siervo y un burro para ella, fue para ver si podía hacerla regresar. Cuando llegó a la casa, ella lo dejó entrar y se lo presentó a su padre, quien estuvo encantado de conocerlo.
Nuevamente se pusieron a llorar, y Orfa besó a su suegra para despedirse, y regresó a su pueblo natal. Sin embargo, Rut siguió junto a Noemí.