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Oseas 2:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

14 »Pero yo la conquistaré de nuevo, la llevaré al desierto y allí le hablaré con ternura.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 «Pero luego volveré a conquistarla. La llevaré al desierto y allí le hablaré tiernamente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Echaré a perder su viña y sus higueras, pues ella decía : 'Son mi salario, me las han dado mis amantes. Las dejaré como terreno baldío, y se las comerán los animales.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Por tanto Yo la atraeré y la conduciré al desierto, Y le hablaré a su corazón,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Devastaré sus vides y sus higueras, de las que decía: 'Éstas son mi paga, lo que me han dado mis amantes'. Las convertiré en matorrales, las devorarán las alimanas.

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Oseas 2:14
38 Tagairtí Cros  

Pero Siquén quedó profundamente enamorado de ella y trató de ganarse su cariño.


»¡Cómo ansiaba él atraerte y apartarte del peligro para llevarte a un extenso y agradable valle en donde hacerte prosperar!


¡Llévame contigo; vámonos corriendo! ¡Qué felices seremos! Tu amor es mejor que el vino. ¡Con razón te aman todas las doncellas!


Pero el Señor aún espera que acudan a él para poder demostrarles su amor. Él los conquistará para bendecirlos, tal como lo ha dicho, porque el Señor es fiel a su promesa. Bienaventurados son cuantos esperan confiados en la ayuda del Señor.


Derribaré las cercas y dejaré que mi viña sea pisoteada por las vacas y ovejas que en ella pastan.


Pero vendrá un día maravilloso, dice el Señor, cuando el tema de toda conversación será que desde los países norteños a donde como castigo los había enviado como esclavos, los traeré de nuevo a su propio país. Ya no será su más importante recuerdo el de cuando liberé a sus antepasados de Egipto, sino que la liberación de su cautiverio del norte será el acontecimiento más celebrado. Aquel portentoso milagro casi no volverá a mencionarse. Sí, los traeré de regreso, dice el Señor, a esta misma tierra que di a sus antepasados.


Ve y grita lo siguiente en las calles de Jerusalén: El Señor dice: Yo recuerdo que hace tiempo anhelaban agradarme como joven enamorada, ¡cómo me amaban y me seguían hasta por estériles desiertos!


Pero dile esto a Baruc: El Señor dice: Destruiré a esta nación que edifiqué, arrasaré lo que establecí.


¡Yo reinaré sobre ustedes con gran autoridad y rigidez, así como con gran ira y poder!


Si no lo hace, para avergonzarla la dejaré tan desnuda como el día en que nació, y haré que se vaya consumiendo y muera de sed, como si fuera una tierra llena de hambre y sequía.


Todas las imágenes de sus ídolos serán destruidas, ya sea con fuego o a golpes de martillo. Como esos ídolos fueron hechos con el salario que recibían las prostitutas, serán quemados y convertidos en monedas para pagar a las prostitutas.


Retuércete y gime en medio de tu terrible dolor, pueblo de Israel, como una mujer que está a punto de dar a luz, porque tendrás que dejar esta ciudad y vivir en descampado. Serás llevada en exilio a Babilonia. Pero de allí el Señor te rescatará y te librará del poder de tus enemigos.


Pero cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.


Nadie puede venir a mí si el Padre que me envió no lo trae, y yo lo resucitaré en el día final.


Pero la mujer recibió dos alas de una gran águila y pudo volar al lugar que se le había preparado en el desierto, donde durante tres años y medio la habrían de sustentar, lejos de la serpiente.


La mujer huyó al desierto, donde Dios le tenía preparado un lugar en el que la sustentarían durante mil doscientos sesenta días.


El hombre, tomando a un siervo y un burro para ella, fue para ver si podía hacerla regresar. Cuando llegó a la casa, ella lo dejó entrar y se lo presentó a su padre, quien estuvo encantado de conocerlo.


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