Los mensajeros volvieron con la noticia de que Esaú estaba en camino para encontrarse con Jacob, ¡con cuatrocientos hombres!
Génesis 33:15 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ―Bueno —dijo Esaú—, al menos permíteme que te deje algunos hombres para que te ayuden y sirvan de guía. ―No —insistió Jacob—, no es necesario. Por favor, acepta mi sugerencia. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y Esaú dijo: Dejaré ahora contigo de la gente que viene conmigo. Y Jacob dijo: ¿Para qué esto? Halle yo gracia en los ojos de mi señor. Biblia Nueva Traducción Viviente —De acuerdo —dijo Esaú—, pero déjame al menos asignarte a algunos de mis hombres para que los guíen y los protejan. —No es necesario —respondió Jacob—. ¡Basta que me hayas recibido amigablemente, mi señor! Biblia Católica (Latinoamericana) Respondió Esaú: 'Por lo menos acepta que se queden contigo algunos de los hombres que me acompañan.. Jacob replicó: 'No es necesario si tengo paz contigo. La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo Esaú: Dejaré ahora contigo parte de la gente que viene conmigo. Pero él respondió: ¿Esto para qué? Halle gracia a ojos de mi señor.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Contestó Esaú: 'Quiero al menos dejar contigo parte de la gente que va conmigo'. Replicó Jacob: '¿Para qué? Me basta haber conseguido la benevolencia de mi señor'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Esaú dijo: Permíteme ahora dejar contigo algunos de los que vienen conmigo. Y él dijo: ¿Para qué esto? halle yo gracia en los ojos de mi señor. |
Los mensajeros volvieron con la noticia de que Esaú estaba en camino para encontrarse con Jacob, ¡con cuatrocientos hombres!
Siquén también les dijo a Jacob y a los hermanos de Dina: ―Sean bondadosos conmigo y dénmela por esposa. Yo les daré cualquier cosa que pidan.
―¡Usted nos ha salvado la vida! —le dijeron—. ¡Con todo gusto seremos esclavos del faraón!
―En ese caso —dijo el rey a Siba—, te doy todo lo que él posee. ―Gracias, gracias, mi señor, el rey —respondió Siba.
―Gracias, señor —contestó ella—, tú has sido bondadoso conmigo, aunque ni siquiera soy una de tus trabajadoras.
―¡Oh, gracias, señor! —exclamó ella, y regresó muy alegre y comenzó a comer nuevamente.
Pregunta a tus hombres y ellos te dirán si esto es cierto o no. He enviado a mis hombres a pedirte una contribución, pues hemos venido en buen día; danos un presente de lo que tengas a mano».