Aunque en ese tiempo el hombre y la mujer estaban desnudos, no se sentían avergonzados.
Génesis 3:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El hombre le contestó: ―Oí que andabas por el jardín y me dio miedo, pues estoy desnudo. Así que me escondí. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Biblia Nueva Traducción Viviente El hombre contestó: —Te oí caminando por el huerto, así que me escondí. Tuve miedo porque estaba desnudo. Biblia Católica (Latinoamericana) Este contestó: 'He oído tu voz en el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo; por eso me escondí.
Yavé Dios replicó:' La Biblia Textual 3a Edicion Y contestó:° He oído tu sonido en el huerto y he tenido miedo porque estoy desnudo; y me he escondido. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Él contestó: 'Oí el ruido de tus pasos por el jardín, y tuve miedo, porque estoy desnudo, y me escondí'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. |
Aunque en ese tiempo el hombre y la mujer estaban desnudos, no se sentían avergonzados.
―¿Quién te dijo que estás desnudo? —le preguntó Dios el Señor—. ¿Acaso comiste del fruto del árbol que te ordené que no comieras?
Tan pronto lo comieron, se dieron cuenta de que estaban desnudos y sintieron vergüenza. Entonces cosieron hojas de higuera para cubrir su desnudez.
Con razón me aterrorizo tanto en su presencia. Al pensar en ella, el terror me atenaza.
Todos los israelitas vieron los relámpagos y el humo que subía del monte, y oyeron los truenos y el toque de la trompeta, y se quedaron lejos, temblando de miedo.
Y le dijeron a Moisés: ―Dinos lo que Dios diga, y nosotros obedeceremos. Pero que no nos hable Dios en forma directa, pues moriremos.
Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Moisés se cubrió el rostro con ambas manos, porque tenía miedo de mirar a Dios.
Cuando Moisés vio que Aarón no había podido guiar bien a los israelitas, y que por eso se habían vuelto locos, de tal modo que la gente de otros pueblos se estaban burlando de ellos,
Los pecadores de mi pueblo tiemblan de miedo. «¿Cuál de nosotros», claman, «podrá vivir así en presencia de este consumidor Fuego Eterno?».
Desnuda serás puesta en vergüenza. De ti me vengaré y no me arrepentiré.
¿Por qué les tienen más temor a esos dioses que a mí? ¿Por qué no me consagran ni la sobra de un recuerdo? ¿Será porque he sido demasiado bueno, y por eso no me temen?
pero si nos habla nuevamente, de seguro moriremos. ¡Ese fuego terrible nos va a destruir totalmente!
Y aunque la conciencia nos acuse, Dios es más grande que nuestro corazón y él sabe todas las cosas.
«Fíjate bien: Yo vengo como un ladrón. Dichoso el que me espera despierto, el que tiene su ropa lista para no tener que andar desnudo y avergonzado».