A Rebeca le contaron lo que estaba planeando Esaú. Entonces mandó a llamar a Jacob, y le dijo: ―Me he enterado de que tu hermano Esaú anda con intenciones de matarte.
Génesis 27:41 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Entonces Esaú se llenó de odio contra Jacob por lo que este le había hecho, y se dijo: «Pronto morirá mi padre, y en cuanto esto haya ocurrido, mataré a Jacob». Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob. Biblia Nueva Traducción Viviente Desde ese momento, Esaú odió a Jacob, porque su padre le había dado la bendición a él. Entonces Esaú comenzó a tramar: «Pronto haré duelo por la muerte de mi padre y después mataré a mi hermano Jacob». Biblia Católica (Latinoamericana) Esaú le tomó odio a Jacob, a causa de la bendición que le había dado su padre, y se decía: 'Se acercan ya los días de luto por mi padre, y entonces mataré a mi hermano Jacob. La Biblia Textual 3a Edicion Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que lo había bendecido su padre, y dijo Esaú en su corazón: Se acercan los días del luto de mi padre, entonces podré matar a Jacob mi hermano. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Esaú sintió gran odio por Jacob a causa de la bendición con que lo había bendecido su padre y se dijo Esaú en su corazón: 'Se acercan los días del duelo por mi padre, y entonces mataré a mi hermano Jacob'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Esaú aborreció a Jacob a causa de la bendición con que le había bendecido su padre, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y entonces yo mataré a mi hermano Jacob. |
A Rebeca le contaron lo que estaba planeando Esaú. Entonces mandó a llamar a Jacob, y le dijo: ―Me he enterado de que tu hermano Esaú anda con intenciones de matarte.
¡Te suplico que me libres del furor de mi hermano Esaú! Tengo miedo, un miedo terrible de que él venga a matarme, y mate también a estas mujeres y a sus hijos.
Jacob envió mensajeros a su hermano Esaú en Edom, que está en la tierra de Seír.
Los mensajeros volvieron con la noticia de que Esaú estaba en camino para encontrarse con Jacob, ¡con cuatrocientos hombres!
Pero cuando ellos lo vieron, lo reconocieron a la distancia y decidieron matarlo.
Los hermanos notaban que su padre prefería a José. Por eso, llegaron a odiarlo y no le podían hablar en buenos términos.
―¿Quiere decir que vas a ser nuestro rey? —se burlaron—, y lo odiaron aún más por el sueño y porque creían que él se jactaba de ser superior a ellos.
Una vez muerto su padre, los hermanos de José sintieron miedo, pues pensaban que José les guardaba rencor, y aprovecharía la ocasión para vengarse de ellos por lo que le hicieron.
Luego les dijo a los médicos que estaban a su servicio que embalsamaran el cuerpo de su padre. Y los médicos egipcios obedecieron.
Lo sacaron de su carro de combate y lo pusieron en otro carro, y lo llevaron a Jerusalén, donde murió. Fue sepultado allí, en el cementerio real. Y toda la gente de Judá y de Jerusalén lo lloró. Hasta el profeta Jeremías le compuso un canto fúnebre. Aún hoy día se cantan tristes canciones en las que se menciona la muerte del rey Josías. Esas canciones forman parte del Libro de los Lamentos.
Porque estoy abrumado y desesperado, y sólo tú sabes qué rumbo debo tomar. Por donde quiera que vaya, mis enemigos me ponen trampas.
Anduve triste como si se tratara de mi madre, de mi amigo o mi hermano que estuviera enfermo y agonizante.
porque sus pies se apresuran hacia el mal; ¡tienen prisa por derramar sangre!
Más resiste el hermano ofendido que una ciudad amurallada, los litigios son como cerrojos de ciudadelas.
su corazón es perverso, siempre está planeando el mal y provocando peleas.
El pueblo de Israel lo lloró durante treinta días, cumpliendo así el tiempo del luto, en las llanuras del Moab.
En otro tiempo, también nosotros éramos insensatos y desobedientes; con facilidad nos descarriábamos y vivíamos esclavos de los placeres y de los deseos pecaminosos. Estábamos llenos de rencor y envidia. Odiábamos a los demás y ellos nos odiaban a nosotros.