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Génesis 32:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

11 ¡Te suplico que me libres del furor de mi hermano Esaú! Tengo miedo, un miedo terrible de que él venga a matarme, y mate también a estas mujeres y a sus hijos.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera la madre con los hijos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Oh Señor, te ruego que me rescates de la mano de mi hermano Esaú. Tengo miedo de que venga para atacarme a mí y también a mis esposas y a mis hijos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Yo no soy digno de todos los favores que me has hecho, ni de la gran bondad que has tenido conmigo. Porque al partir, cuando atravesé el Jordán, no tenía más que mi bastón. Pero ahora, al volver, tengo suficiente como para hacer dos campamentos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Líbrame, te ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, pues yo le temo, no sea que venga y me hiera tanto a la madre como a los hijos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Muy lejos estoy de merecer todos los favores y toda la fidelidad que has dispensado a tu siervo. Sólo mi cayado tenía cuando vadeé este Jordán, y ahora poseo dos campamentos.

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Génesis 32:11
21 Tagairtí Cros  

con la siguiente oración: «¡Alabado sea el Señor, Dios de mi amo Abraham, pues siempre ha sido tan bueno y leal con él! ¡Gracias por haberme guiado directamente a los familiares de mi amo!».


Entonces Esaú se llenó de odio contra Jacob por lo que este le había hecho, y se dijo: «Pronto morirá mi padre, y en cuanto esto haya ocurrido, mataré a Jacob».


A Rebeca le contaron lo que estaba planeando Esaú. Entonces mandó a llamar a Jacob, y le dijo: ―Me he enterado de que tu hermano Esaú anda con intenciones de matarte.


Jacob envió mensajeros a su hermano Esaú en Edom, que está en la tierra de Seír.


El temor y la angustia se apoderaron de Jacob. Dividió la familia, los rebaños, las reses y los camellos en dos grupos;


Esaú, al verlo, corrió a su encuentro, lo abrazó afectuosamente y lo besó; y ambos se pusieron a llorar.


Entonces David entró a la carpa donde estaba el cofre y se sentó delante del Señor, y le dijo: «Mi Señor y Dios, ¿por qué me has engrandecido, si yo y mi familia somos tan insignificantes?


Líbrame de la opresión de los malvados; entonces podré obedecer tus mandamientos.


Escucha mi clamor, pues estoy muy deprimido. Rescátame de mis perseguidores, pues son demasiado fuertes para mí.


¡Sálvame, oh Dios, pues acudo a tu amparo!


¡Líbrame de ellos! ¡Salva mi vida de su poder! ¡No se diga jamás que inútilmente confié en ti!


Respóndeme pronto cuando a ti clamo; inclina tu oído y escucha el susurro de mi súplica. Sé para mí la gran roca que me protege de mis enemigos.


¡Oh Dios, defiéndeme de las acusaciones de estos implacables hombres mentirosos!


Más resiste el hermano ofendido que una ciudad amurallada, los litigios son como cerrojos de ciudadelas.


Si somos arrojados al horno de fuego ardiente, el Dios a quien servimos puede librarnos del horno y de cualquier otro castigo que Su Majestad nos imponga.


Por lo tanto, los terrores de la guerra los perseguirán y sus fortalezas serán destruidas. Les sucederá lo mismo que a Bet Arbel, cuando el rey Salmán la destruyó el día de la batalla y aplastó a las madres junto con sus hijos.


No nos metas en tentación, mas líbranos del mal, porque tuyo es el reino, el poder y la gloria para siempre. Amén”.


»Si ves un nido en el suelo o en un árbol, y hay polluelos o huevos en el nido, no tomes la madre juntamente con los polluelos.


Ellos clamaron al Señor nuevamente y confesaron que habían pecado apartándose de él y adorando a Baal y a Astarté. Y suplicaron: “Solamente a ti te adoraremos si nos salvas de nuestros enemigos”.


Que el Señor juzgue entre nosotros y que castigue a cualquiera de los dos que sea culpable. Él es mi abogado y mi defensor, y él me rescatará de tu poder.


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