Entonces Abraham entró corriendo a la carpa y le dijo a Sara: ―Toma pronto unos veinte kilos de la mejor harina, amásalos y haz unos panes.
Génesis 24:67 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Isaac llevó a Rebeca a la tienda de su madre y la tomó por esposa. Él la amó mucho, y ella le sirvió de especial consuelo por la muerte de su madre. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y la trajo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer, y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de su madre. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego Isaac la llevó a la carpa de Sara, su madre, y Rebeca fue su esposa. Él la amó profundamente, y ella fue para él un consuelo especial después de la muerte de su madre. Biblia Católica (Latinoamericana) Isaac llevó a Rebeca a la tienda que había sido de su madre Sara. La hizo suya y fue su esposa. La amó y así se consoló por la muerte de su madre. La Biblia Textual 3a Edicion E Isaac la introdujo en la tienda de su madre Sara y tomó a Rebeca por mujer, y la amó. E Isaac fue consolado después de lo de su madre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 e Isaac introdujo a Rebeca en la tienda de Sara, su madre. Tomó a Rebeca, que pasó a ser su mujer. La amó, y así se consoló Isaac de la pérdida de su madre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y la introdujo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por esposa; y la amó. Y se consoló Isaac después de la muerte de su madre. |
Entonces Abraham entró corriendo a la carpa y le dijo a Sara: ―Toma pronto unos veinte kilos de la mejor harina, amásalos y haz unos panes.
Cuando Isaac llegó hasta ellos, el mayordomo le contó todo lo ocurrido.
Isaac tenía cuarenta años cuando se casó con Rebeca, la hija de Betuel y hermana de Labán. Betuel y Labán eran arameos y vivían en Padán Aram.
Jacob estaba enamorado de Raquel. Por lo tanto, le dijo a Labán: ―Trabajaré para ti siete años si me das a Raquel para que sea mi esposa.
Toda su familia trató en vano de consolarlo. Pero él decía: «No dejaré de llorar hasta que muera y me reúna con mi hijo». Y seguía llorando.
Pasó el tiempo, y la esposa de Judá, que era hija de Súa, murió. Cuando terminó el tiempo del duelo, Judá y su amigo Hirá, el adulanita, fueron a Timnat a esquilar las ovejas.
Te llevaría de la mano al hogar de mi infancia, y allí me enseñarías. Yo te daría a beber vino con especias, dulce vino de granada.
Hermanos, no queremos que ignoren lo que pasa con los que mueren, para que no se pongan tristes como esos otros que no tienen esperanza.
De acuerdo con lo que el Señor nos enseñó, nosotros les aseguramos que los que estemos vivos cuando el Señor regrese, no nos adelantaremos a los que ya estén muertos.