Génesis 23:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El negocio se hizo en presencia de los hititas y de todos los que entraban a la ciudad. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 como propiedad de Abraham, en presencia de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad. Biblia Nueva Traducción Viviente Se transfirió a Abraham como posesión permanente en presencia de los ancianos hititas, en la puerta de la ciudad. Biblia Católica (Latinoamericana) pasaron a ser propiedad de Abrahán, a la vista de todos los hititas registrados en esta ciudad. La Biblia Textual 3a Edicion quedaron en posesión de Abraham, a la vista de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de su ciudad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 pasaron a ser propiedad de Abrahán, a la vista de los hijos de Het y de cuantos entraban por la puerta de la ciudad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) a Abraham en posesión, a vista de los hijos de Het, y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad. |
Efrón el hitita, que estaba sentado entre sus familiares, le contestó a Abraham públicamente delante de ellos y de todos los que entraban a la ciudad:
Después de esto, Abraham fue y sepultó a su esposa Sara en la cueva del campo de Macpela, al oriente de Mamré, que se conocía también como Hebrón, en Canaán.
y fue sepultado por sus hijos Isaac e Ismael en la cueva de Macpela, cerca de Mamré, en el campo que Abraham le había comprado a Efrón, el hijo de Zojar el hitita. Fue sepultado junto a su esposa Sara.
Así que Jamor y Siquén regresaron a la ciudad y se presentaron ante el concejo de la ciudad para hacer su petición.
Todos los hombres estuvieron de acuerdo, de modo que se circuncidaron.
y públicamente, en presencia de mi primo Janamel y de los testigos que habían firmado el documento, mientras los guardas de la cárcel observaban, entregué los documentos a Baruc, hijo de Nerías, quien era hijo de Maseías.
Booz fue hasta la puerta de la ciudad y se sentó. En eso pasó por allí el pariente que había mencionado y lo llamó. ―Oye, ven acá. Siéntate y hablaremos un momento. Se sentaron.