Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Génesis 21:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Júrame, por Dios, ahora mismo, que no nos harás daño ni a mí ni a mis hijos ni a mis descendientes. Júrame que, tanto a mí como a los habitantes de este país donde vives como extranjero, nos tratarás con la misma bondad con que yo te he tratado.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Ahora, pues, júrame aquí por Dios, que no faltarás a mí, ni a mi hijo ni a mi nieto, sino que conforme a la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo, y con la tierra en donde has morado.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Júrame en nombre de Dios que nunca me engañarás ni a mí, ni a mis hijos, ni a ninguno de mis descendientes. Yo te he sido leal, así que ahora jura que tú me serás leal a mí y a esta nación donde vives como extranjero.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Por eso júrame ahora mismo ante Dios que no me harás daño, ni a mí, ni a mis hijos, ni a mis descendientes, sino que usarás conmigo y con esta tierra en la que habitas, la misma bondad que yo he usado contigo.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Ahora, pues, júrame aquí por ’Elohim, que no me engañarás, ni a mí, ni a mi hijo, ni a mi posteridad. Conforme a la misericordia que he obrado contigo, haz conmigo y con la tierra en que estás como forastero.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Ahora, pues, júrame aquí por Dios que no me has de engañar ni a mí, ni a mi linaje, ni a mi posteridad, sino que procederás conmigo y con la tierra en la cual has morado como forastero con la misma benevolencia con que te he tratado'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Ahora pues, júrame aquí por Dios, que no faltarás a mí, ni a mi hijo, ni a mi nieto; sino que conforme a la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo y con la tierra donde has peregrinado.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Génesis 21:23
19 Tagairtí Cros  

Entonces el rey Abimélec le dio a Abraham ovejas, bueyes y esclavos de ambos sexos, y le devolvió a Sara.


Abraham contestó: ―¡Te lo juro!


y júrame por el nombre del Señor, el Dios del cielo y de la tierra, que no dejarás que mi hijo se case con una muchacha de esta tierra de Canaán, donde yo vivo.


―Bueno —dijeron ellos—, podemos ver claramente que el Señor te está bendiciendo. Así que hemos decidido venir a pedirte que hagamos un pacto entre nosotros. El pacto que haremos contigo, bajo juramento, es este:


Ven ahora y firmemos un pacto de paz, tú y yo. ¡Ese pacto será testigo de nuestro acuerdo!


¡Que el Dios de Abraham y el Dios de Najor sea quien juzgue si cumplimos o no este trato! Entonces Jacob juró por el poderoso Dios de Isaac, su padre.


Potifar comprendió que el Señor estaba con José de una manera muy especial.


―¡Júrame que lo harás! —insistió Jacob. Y José se lo juró. Luego, Israel se recostó sobre la cabecera de la cama.


y si juras pertenecerme sólo a mí, el Dios viviente, e inicias una vida buena, honrada y limpia, serás testimonio para las naciones del mundo y estas acudirán a mí y servirán también para difundir mi gran fama!


Pongo a Dios por testigo de que todavía no he ido a visitarlos porque no quiero ser duro con ustedes.


Por esa razón solo al Señor debes rendirle toda honra, servirlo y usar su nombre para respaldar tus juramentos y promesas.


Cuando una persona jura, lo hace apelando a alguien superior a ella misma. Un juramento pone fin a cualquier controversia.


Ahora les ruego que me prometan por el sagrado nombre de su Dios que cuando Jericó sea conquistada respetarán mi vida y la de mi padre, mi madre, mis hermanos y hermanas y la de todas sus familias. ¡Por favor, sálvennos la vida!


Si está airado y desea matarte, que el Señor me mate si no te lo digo, para que puedas escapar. ¡Que el Señor esté contigo como estaba con mi padre!


Y renovó Jonatán su pacto con David por el amor que los unía, porque lo quería tanto como a sí mismo.


Finalmente, Jonatán le dijo a David: ―Consuélate porque nos hemos jurado fidelidad delante de Dios y el será quien nos juzgue siempre, a nosotros y a nuestros descendientes. Entonces se separaron. David se fue por su camino y Jonatán regresó a la ciudad.


―¿Puedes decirme adónde fueron? —preguntó David. Y el joven respondió: ―Si me promete por el nombre de Dios que no me matará ni me devolverá a mi amo, yo lo guiaré hacia donde ellos están.