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Éxodo 7:22 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Pero los magos usaron sus artes secretas y también pudieron convertir el agua en sangre. Por lo tanto, el faraón persistió en su terquedad y no quiso escuchar a Moisés y a Aarón, tal como el Señor lo había advertido.

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Biblia Reina Valera 1960

Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero los magos de Egipto volvieron a usar sus artes mágicas y también convirtieron el agua en sangre. De modo que el corazón del faraón siguió endurecido y se negó a escuchar a Moisés y a Aarón, tal como el Señor había dicho.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los brujos egipcios hicieron cosas semejantes con sus fórmulas secretas y Faraón se puso más porfiado todavía. Como Yavé lo había dicho, se negó a escuchar a Moisés y Aarón.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos, y tal como YHVH había predicho, el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero los magos de Egipto hicieron otro tanto con sus encantamientos. Por eso, el corazón del Faraón se endureció, y no quiso escuchar a Moisés y Aarón, tal y como había predicho Yahveh.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los encantadores de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos: y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho.

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Éxodo 7:22
8 Tagairtí Cros  

Al día siguiente, al acordarse de los sueños se sintió bastante preocupado por lo que pudieran significar. Así que llamó a todos los magos y sabios de Egipto, y les contó los sueños. Pero ninguno pudo ni siquiera dar una idea de lo que significaban.


Pero el faraón llamó a sus encantadores, los magos de Egipto, y ellos hicieron lo mismo mediante sus artes mágicas.


El corazón del faraón permaneció duro y obstinado y no quiso oír, tal como el Señor lo había advertido.


Los peces murieron, y el agua se contaminó, de tal modo que los egipcios tuvieron asco de beberla, y hubo sangre en todo Egipto.


El faraón regresó a su palacio, como si nada importante hubiera acontecido.


Si realmente son profetas de Dios, que le oren al Señor de los ejércitos pidiendo que las vasijas de oro que aún han quedado en el templo, y las que hay en el palacio del rey de Judá y en los palacios de Jerusalén, no sean llevadas como botín junto con ustedes a Babilonia.


Así como Janes y Jambres combatieron a Moisés, aquellas personas combaten la verdad; tienen la mente depravada y han fracasado en la fe.