Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Éxodo 7:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

23 El faraón regresó a su palacio, como si nada importante hubiera acontecido.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

23 Y Faraón se volvió y fue a su casa, y no dio atención tampoco a esto.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

23 El faraón regresó a su palacio y no le prestó más atención al asunto.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Faraón volvió a su casa como si no hubiera ocurrido nada importante.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

23 Regresó Faraón y fue a su casa, y tampoco prestó atención° a eso.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 El Faraón se volvió y entró en su casa, sin prestar atención tampoco a esto.

Féach an chaibidil Cóip




Éxodo 7:23
20 Tagairtí Cros  

»¿Qué es el mísero hombre para que dediques tu tiempo a perseguirle?


No te enriquezcas mediante la extorsión y el robo. Y si tus riquezas aumentan, no pongas en ellas tu corazón.


Pero los magos usaron sus artes secretas y también pudieron convertir el agua en sangre. Por lo tanto, el faraón persistió en su terquedad y no quiso escuchar a Moisés y a Aarón, tal como el Señor lo había advertido.


Entonces los egipcios cavaron pozos a lo largo del río para conseguir agua, porque no podían beber el agua del río.


Algunos egipcios, aterrorizados por esta amenaza, recogieron sus ganados y sus esclavos de los campos;


pero otros no dieron importancia a la palabra del Señor, y los dejaron en el campo, a merced de la tormenta.


Escucha las palabras del sabio; aplica tu corazón a mi enseñanza.


Entonces, mientras miraba y pensaba en esto, aprendí esta lección:


Dichoso el hombre que honra al Señor, pero el que endurece su corazón caerá en desgracia.


El hombre que rechaza la corrección será destruido de repente y sin remedio.


No escuchan cuando tú amenazas, no alzan la vista para ver tu puño levantado. ¡Muéstrales cuánto amas a tu pueblo! ¡Quizá eso los avergüence! ¡Sí, que los consuma el fuego reservado para tus enemigos!


Creíste que tu reino no terminaría jamás, reina de los reinos del mundo. No te diste la menor molestia por mi pueblo o en pensar en el destino de quienes lo maltratan.


Y nadie protestó, sino Elnatán, Delaías y Guemarías. Suplicaron al rey que no quemara el rollo, pero no les hizo caso. Ninguno de los otros dignatarios del rey dio señales de temor o ira por lo que había hecho.


Señor, tú no aceptas sino la verdad. Castigándolos has tratado de hacer que reflexionen y sean honrados, pero no quieren cambiar. Los has arruinado, pero no escarmientan y se niegan a dejar su conducta malvada. Con el rostro como dura piedra por su terquedad, están empecinados en no arrepentirse.


Me dijo: «Hombre mortal, observa y escucha, presta atención a todo lo que yo te mostraré, porque has sido traído aquí para que yo pueda mostrarte muchas cosas; y luego has de volver al pueblo de Israel para contarles todo lo que has visto».


Entonces, Dios respondió: «¡Miren y asómbrense! ¡Quedarán perplejos ante lo que voy a hacer! Porque haré algo en su vida que tendrán que verlo para creerlo.


Si no cambian su conducta y le dan la importancia que merece mi gran fama, yo enviaré un castigo terrible sobre ustedes, y en vez de darles bendición, como me gustaría hacerlo, me volveré contra ustedes con toda clase de males. Por cierto, ya los he maldecido, porque ustedes no han tomado en serio las cosas que para mí son importantes, dice el Señor.


Moisés hizo estos comentarios: «Mediten sobre las leyes que les he dado en este día, y háganlas conocer a sus hijos.


Mientras agonizaba, las mujeres que la atendían le dijeron que se animara porque todo estaba bien y que el niño había sido varón. Pero ella no reaccionó de ninguna manera.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí