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Éxodo 4:27 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Mientras tanto, el Señor le había dicho a Aarón: ―Ve al desierto a encontrarte con Moisés. Aarón viajó hasta Horeb, el monte de Dios, y allí se encontró con Moisés, y ambos se saludaron con mucho cariño.

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Biblia Reina Valera 1960

Y Jehová dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y le besó.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ahora bien, el Señor le había dicho a Aarón: «Ve al desierto para encontrarte con Moisés». Así que Aarón fue a encontrarse con Moisés en el monte de Dios y lo abrazó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Mientras tanto, Yavé había dicho a Aarón: 'Sal al encuentro de Moisés, en el desierto. Así que partió Aarón, lo encontró en el Monte de Dios y lo besó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y YHVH había dicho a Aarón: Ve al desierto al encuentro de Moisés. Y él fue y lo encontró en el monte de Dios, y lo besó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Yahveh dijo a Aarón: 'Ve al desierto y sal al encuentro de Moisés'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Jehová dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y lo besó.

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Éxodo 4:27
15 Tagairtí Cros  

Luego Jacob besó a Raquel y se echó a llorar.


Entonces Elías se levantó, comió y bebió, y recobró suficientes fuerzas para viajar durante cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte Horeb, el monte de Dios.


Pero Dios envió a su siervo Moisés, junto con Aarón, a quien había escogido;


Jetro tomó, pues, a Séfora y a sus dos nietos, y se fue al desierto a visitar a Moisés. Cuando supo que los israelitas estaban acampando junto a la montaña de Dios, le envió este mensaje a Moisés: «Yo, Jetro, tu suegro, voy a visitarte. Conmigo vienen tu esposa y tus dos hijos».


Moisés salió a recibir a su suegro con mucho cariño. Se preguntaron sobre la salud de uno y otro, y luego entraron en la tienda de Moisés, para seguir conversando.


Todos los israelitas vieron los relámpagos y el humo que subía del monte, y oyeron los truenos y el toque de la trompeta, y se quedaron lejos, temblando de miedo.


Moisés y Josué, su ayudante, subieron al monte de Dios.


Un día, mientras Moisés pastoreaba los rebaños de su suegro Jetro, sacerdote de Madián, al otro lado del desierto, cerca de Horeb, monte de Dios,


Más vale dos que uno, porque el resultado puede ser mucho mejor.


Date prisa, baja y ve con ellos. Yo los he enviado».