Entonces Judá se adelantó y dijo: ―Déjeme decirle algo. Tenga paciencia conmigo por un momento, porque sé que usted puede condenarme en un instante, como si fuera el mismo faraón.
Éxodo 32:22 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ―No te enojes tanto —dijo Aarón—. Tú bien sabes que este pueblo es inclinado a la maldad. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal. Biblia Nueva Traducción Viviente —No te disgustes tanto, mi señor —contestó Aarón—. Tú sabes bien qué mala es esta gente. Biblia Católica (Latinoamericana) Aarón le contestó: '¡No te enojes conmigo, mi señor! Tú mismo sabes que este pueblo es inclinado al mal. La Biblia Textual 3a Edicion Aarón respondió: No se encienda la ira de mi señor. Tú mismo conoces a este pueblo, que es propenso al mal. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respondió Aarón: 'No se encienda la cólera de mi señor; tú conoces a este pueblo y sabes que está inclinado al mal. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado al mal. |
Entonces Judá se adelantó y dijo: ―Déjeme decirle algo. Tenga paciencia conmigo por un momento, porque sé que usted puede condenarme en un instante, como si fuera el mismo faraón.
Se pasan la noche despiertos, tramando sus perversos planes se aferran a su mal camino, en vez de pensar cómo mantenerse alejados del mal.
Luego se volvieron contra Moisés, diciéndole: «¿Nos has traído para que muramos en el desierto? ¿Acaso no había suficientes tumbas en Egipto para enterrarnos? ¿Por qué nos hiciste salir de Egipto?
El pueblo se quejó contra Moisés, y le reclamó: «¿Y qué vamos a beber?».
Pero hubo algunos que no prestaron atención, y guardaron para el día siguiente; y cuando miraron lo que habían guardado, estaba lleno de gusanos. ¡Se les había podrido! Moisés se enojó mucho con ellos.
Y el Señor le dijo a Moisés: ―¿Hasta cuándo se niega este pueblo a obedecerme? ¿No comprenden que les doy el doble en el sexto día para que tengan suficiente para dos días? Les he dado el séptimo día como día de reposo; deben permanecer en sus casas, y no salir a buscar alimento en ese día.
Como Moisés se demoraba en descender del monte, el pueblo se presentó ante Aarón: ―Mira —le dijeron—, haznos dioses que nos dirijan, porque este Moisés que nos sacó de Egipto no aparece; algo debe de haberle ocurrido.
Después se dirigió a Aarón, y le preguntó: ―¿Qué te ha hecho este pueblo, para que le hagas cometer este terrible pecado?
Los malvados no duermen hasta haber hecho lo malo; no pueden descansar hasta hacer que alguien tropiece y caiga.
«Porque sé que ustedes son un pueblo rebelde y obstinado —dijo Moisés—. Si aun hoy, mientras todavía estoy con ustedes, se rebelan contra el Señor, cuánto más rebeldes serán después de mi muerte.
Ustedes han sido rebeldes contra el Señor su Dios desde el primer día que los conocí.
»No lo olvides, más bien recuerda las muchas veces que hiciste enojar al Señor tu Dios en el desierto. Esto lo hiciste, una y otra vez, desde el día que te sacó de Egipto hasta ahora. Todo este tiempo te has rebelado continuamente contra Dios.
―Bueno, sí. El ejército reservó lo mejor de las ovejas y de las vacas, pero van a sacrificarlo al Señor tu Dios, y hemos destruido todo lo demás.
Sólo que los soldados han tomado lo mejor de las ovejas, y de las vacas y del botín para ofrecerlo al Señor.
―He pecado —reconoció finalmente Saúl—. Sí, he desobedecido tus instrucciones y el mandamiento del Señor. Le tuve miedo al pueblo y les dejé hacer lo que quisieron.