De modo que muchos carros y caballos, y gente de a pie acompañaron a José.
Éxodo 14:28 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El agua cubrió el sendero, y a los caballos y sus jinetes. Y todo el ejército del faraón, que perseguía a Israel a través del mar, pereció. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno. Biblia Nueva Traducción Viviente Enseguida las aguas volvieron a su lugar y cubrieron todos los carros y a sus conductores: el ejército completo del faraón. No sobrevivió ni uno de los egipcios que entró al mar para perseguir a los israelitas. Biblia Católica (Latinoamericana) Las aguas al volver cubrieron los carros, los caballos y su gente, o sea, todo el ejército de Faraón que había entrado en el mar persiguiéndolos: no se escapó ni uno solo. La Biblia Textual 3a Edicion Las aguas retornaron y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar. No quedó ni uno de ellos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Las aguas, al reunirse, cubrieron carros y jinetes, todo el ejército del Faraón, que había entrado tras ellos en el mar. No quedó ni uno solo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno. |
De modo que muchos carros y caballos, y gente de a pie acompañaron a José.
A medida que el agua subía, el barco flotaba sin peligro sobre ellas.
Cuando Judá llegó a la torre que domina el desierto, vio cadáveres por todas partes: ni uno solo del enemigo había escapado.
Tú dividiste el mar, para que tu pueblo pudiera pasarlo por tierra seca, y luego destruiste a tus enemigos en las profundidades del mar. ¡Se hundieron como piedras bajo las impetuosas aguas!
Pero hundió en el Mar Rojo al faraón y a su ejército; su gran amor perdura para siempre.
A salvo los guardó para que no temieran. Pero el mar se precipitó sobre los enemigos de ellos y se los tragó.
Pero Moisés le dijo al pueblo: «No teman, quédense donde están y observen la forma maravillosa en que el Señor los salvará en este día. Los egipcios que hoy ven, no los volverán a ver nunca más.
Pero el Señor sopló, y las aguas los cubrieron. Se hundieron como plomo en medio de las aguas.
La caballería del faraón, sus jinetes y sus carros trataron de seguir a Israel a través del mar, pero el Señor hizo que las aguas del mar cayeran sobre ellos, mientras que el pueblo de Israel pasó en seco.
Saliste a salvar a tu pueblo escogido. Aplastaste al rey de esos impíos y derrotaste a todos sus seguidores.
ni tampoco han visto lo que el Señor hizo con el ejército egipcio, con sus caballos y sus carros, hundiéndolos en el Mar Rojo y aniquilándolos hasta este mismo día.
Por la fe, los israelitas cruzaron el Mar Rojo como por tierra seca. Y cuando los egipcios quisieron cruzarlo, se ahogaron.
Barac y sus hombres persiguieron a sus enemigos y a los carros hasta Jaroset Goyin, hasta que todo el ejército de Sísara fue destruido. Ni un solo hombre quedó vivo.