Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Éxodo 10:26 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Ni una pezuña se quedará aquí, porque debemos llevar sacrificios al Señor nuestro Dios, y sólo cuando lleguemos allá, él nos dirá cuáles animales tendremos que ofrecerle.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Nuestros ganados irán también con nosotros; no quedará ni una pezuña; porque de ellos hemos de tomar para servir a Jehová nuestro Dios, y no sabemos con qué hemos de servir a Jehová hasta que lleguemos allá.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Todos nuestros animales deberán ir con nosotros; ni una sola pezuña puede quedar atrás. Tendremos que seleccionar nuestros sacrificios para el Señor nuestro Dios de entre esos animales, y solo sabremos cómo vamos a adorar al Señor una vez que estemos allí.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

También nuestros animales estarán con nosotros, hasta la última uña, pues sacamos de entre ellos lo que sacrificamos a Yavé, nuestro Dios,

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

¡También nuestro ganado irá con nosotros! No quedará ni una pezuña, porque de él tomaremos para servir a YHVH nuestro Dios, pues hasta que lleguemos allí, no sabremos con qué hemos de servir a YHVH.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

También nuestros ganados vendrán con nosotros; ni una sola pezuña quedará aquí, porque de ellos hemos de tomar para servir a Yahveh, nuestro Dios, y nosotros no sabemos todavía qué culto se debe rendir a Yahveh hasta que lleguemos allí'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Nuestros ganados irán también con nosotros; no quedará ni una pezuña; porque de ellos hemos de tomar para servir a Jehová nuestro Dios; y no sabemos con qué hemos de servir a Jehová, hasta que lleguemos allá.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Éxodo 10:26
12 Tagairtí Cros  

―No —respondió Moisés—, debemos llevar nuestras ovejas y vacas para presentar ofrendas y holocaustos a nuestro Dios.


―Iremos con nuestros niños y nuestros ancianos, nuestras ovejas y nuestras vacas —respondió Moisés—. Llevaremos todo lo nuestro, porque iremos en santa peregrinación.


Tomen sus vacas y sus ovejas, y váyanse. Pues para mí será un alivio que se vayan».


Tenemos que ir al desierto, a tres días de camino, a ofrecer allí nuestros sacrificios al Señor nuestro Dios, tal como él nos lo ha ordenado.


Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas.


Sin embargo ¡día lejano vendrá en que sus negocios rendirán fruto para el Señor! No estarán atesorados, sino que entonces se emplearán para obtener buen alimento y fina ropa para los sacerdotes del Señor.


Luego, por fin, ellas vendrán con sus rebaños y manadas para ofrecer sacrificios rituales tratando de contentar al Señor, pero será demasiado tarde pues no lo encontrarán, ya que él se ha apartado de ellas y las ha dejado a su propia suerte.


»En aquel día habrá la siguiente inscripción en las campanillas de los caballos: “Consagrado al Señor”. Las ollas que se usan en el templo del Señor serán consideradas tan especiales y de uso exclusivo como las copas que se usan para esparcir la sangre frente al altar del sacrificio, en el templo.


Y, mejor todavía, sobrepasaron nuestras más altas expectativas: lo primero que hicieron fue dedicarse por entero al Señor y luego se pusieron a nuestra disposición, de acuerdo con la voluntad de Dios.


Por la fe, Abraham, cuando fue llamado para ir al lugar que iba a recibir como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba.