Por lo tanto, te nombro encargado de todo este proyecto. Lo que tú digas será ley en toda la tierra de Egipto. Solamente yo seré superior a ti, por cuanto soy el rey del país.
Ester 3:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Poco después, el rey Asuero honró a Amán hijo de Hamedata, descendiente de Agag, con el cargo de ministro. Amán pasó a ser el funcionario más poderoso del imperio, después del rey. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Después de estas cosas el rey Asuero engrandeció a Amán hijo de Hamedata agagueo, y lo honró, y puso su silla sobre todos los príncipes que estaban con él. Biblia Nueva Traducción Viviente Tiempo después, el rey Jerjes ascendió a Amán, hijo de Hamedata el agagueo, lo puso por encima de todos los demás nobles y lo convirtió en el funcionario más poderoso del imperio. Biblia Católica (Latinoamericana) Un tiempo después, el rey Asuero honró a Amán, hijo de Hamdata, de la raza de Agag, de un modo muy especial; lo puso al frente de todos los altos funcionarios, sus colegas. La Biblia Textual 3a Edicion Después de estas cosas, el rey Asuero engrandeció a Amán, hijo de Hamedata, el agagueo, y lo ensalzó y estableció su autoridad por encima de todos los príncipes° que estaban con él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después de estos sucesos, el rey Asuero encumbró a Amán, hijo de Hamdatá, del país de Agag, le ascendió de rango y puso su sitial por encima de todos los demás nobles. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Después de estas cosas, el rey Asuero engrandeció a Amán, hijo de Amadata agageo, y lo enalteció, y puso su silla sobre todos los príncipes que estaban con él. |
Por lo tanto, te nombro encargado de todo este proyecto. Lo que tú digas será ley en toda la tierra de Egipto. Solamente yo seré superior a ti, por cuanto soy el rey del país.
La gente de Egipto comenzó a sentir el hambre, pues la tierra dejó de producir. Entonces iban donde el faraón a rogarle que les diera alimentos. El faraón los enviaba a José: ―Hagan todo lo que él diga —les decía.
Yo y mis siete consejeros ordenamos que vayas a Judá y Jerusalén, para ver si se está obedeciendo la ley de Dios, la cual llevas contigo.
El rey estuvo de acuerdo, y quitándose el anillo del dedo, se lo entregó a Amán hijo de Hamedata, descendiente de Agag, acérrimo enemigo de los judíos.
y se jactó delante de ellos acerca de su riqueza, de sus muchos hijos, y de cómo el rey lo había honrado y lo había convertido en el hombre más poderoso del reino, después del mismo rey.
Ester replicó: ―¡Nuestro enemigo y adversario es este malvado Amán! Entonces Amán se perturbó delante del rey y de la reina.
Entonces, una vez más, la reina Ester se presentó delante del rey, se postró a sus pies y le rogó con lágrimas que detuviera el plan de Amán contra los judíos.
aunque ronden por todas partes y la maldad sea exaltada por toda la tierra.
Cuando los justos tienen el poder, el pueblo se alegra; pero cuando los malvados tienen el poder, el pueblo sufre.
pues he visto otorgar mucha autoridad a los necios, y que a los ricos no se les concede el puesto de honor que les corresponde.
El rey escogió a Daniel y a otros dos como sus superintendentes, para vigilar a los gobernadores y así cuidar lo que era del rey.
Serán bendecidos con abundancia de aguas, y vivirán en muchos lugares. El rey será más grande que Agag; su reino será exaltado.
Pero Samuel le dijo: ―Puesto que tu espada dejó a muchas madres sin hijos, ahora tu madre quedará sin su hijo. Y Samuel lo descuartizó delante del Señor en Gilgal.
Capturó vivo a Agag, rey de los amalecitas, pero mató a todo el resto de la población.