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1 Samuel 15:33 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

33 Pero Samuel le dijo: ―Puesto que tu espada dejó a muchas madres sin hijos, ahora tu madre quedará sin su hijo. Y Samuel lo descuartizó delante del Señor en Gilgal.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

33 Y Samuel dijo: Como tu espada dejó a las mujeres sin hijos, así tu madre será sin hijo entre las mujeres. Entonces Samuel cortó en pedazos a Agag delante de Jehová en Gilgal.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

33 Pero Samuel le dijo: —Como tu espada ha matado a los hijos de muchas madres, ahora tu madre se quedará sin hijos. Y Samuel cortó a Agag en pedazos delante del Señor en Gilgal.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Samuel le dijo: 'Así como tu espada privó a las mujeres de sus hijos, así también tu madre será una mujer privada de su hijo'. Y Samuel despedazó a Agag en presencia de Yavé, en Guilgal.

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Pero Samuel dijo: Como tu espada dejó a mujeres sin hijos, así tu madre estará sin hijo entre las mujeres. Y Samuel degolló a Agag en presencia de YHVH en Gilgal.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Pero Samuel le dijo: 'Así como tu espada ha privado de sus hijos a las mujeres, así, entre las mujeres, tu madre será privada de hijo'. Y Samuel degolló a Agag ante Yahveh en Guilgal.

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1 Samuel 15:33
17 Tagairtí Cros  

El que mate a una persona, otra persona lo matará a él; porque los seres humanos fueron creados a la imagen de Dios.


Entonces Elías les ordenó: ―¡Agarren a todos los profetas de Baal! ¡Que ninguno escape! Ellos los atraparon a todos, y Elías los condujo al arroyo de Quisón, y allí los degolló.


Mientras Moisés mantenía los brazos en alto, Israel ganaba, pero cuando los bajaba, entonces los amalecitas comenzaban a ganar terreno.


ojo por ojo, diente por diente; mano por mano, pie por pie;


La espada del Señor está saciada de sangre, está harta de carne, como si hubiera estado degollando ovejas y cabras para el sacrificio. Porque como si hubiera gran sacrificio, enorme matanza, hará el Señor en Edom.


Ahora, Señor, ¡mi deseo es que mueran de hambre sus hijos y les caigan encima guerras terribles! ¡Que queden viudas sus mujeres y pierdan todos sus hijos! ¡Que mueran sus hombres por la peste y sus muchachos en la batalla!


¡Malditos quienes refrenan sus espadas de derramar la sangre de ustedes, negándose a realizar la obra que el Señor les ha encomendado!


Yo envié a mis profetas para advertirles del destino funesto que les espera; yo los he herido con la dureza de las palabras que les he enviado, incluso amenazándolos de muerte. Sepan que de repente, sin advertencia alguna, mi juicio realmente los matará como si fuera un rayo fulminante.


Entonces los amalecitas y los cananeos que vivían en las montañas cayeron sobre ellos y los atacaron y los persiguieron hasta el pueblo de Jormá donde los derrotaron totalmente.


porque de la manera como juzguen a otros, así Dios los juzgará a ustedes; Dios los va a tratar de la misma forma en que ustedes traten a los demás.


pues al que no ha tenido compasión se le juzgará sin compasión. Y el que ha mostrado compasión triunfará a la hora del juicio.


porque tus santos y tus profetas han sido martirizados y su sangre se derramó sobre la tierra. Ahora tú les has dado a beber sangre, pues se lo merecen».


Hazle a ella lo que ella te hizo a ti, e imponle doble castigo a sus maldades. En la copa en que preparó bebida para otros, prepárale una bebida dos veces más fuerte.


«Setenta reyes sin pulgares en las manos y los pies recogían migajas debajo de mi mesa» —dijo Adoní Bézec—. Ahora el Señor me ha pagado con lo mismo. Después lo llevaron a Jerusalén y allí murió.


»Ve a Gilgal y espérame allí siete días, porque yo descenderé a presentar holocaustos y ofrendas de paz. Yo te daré nuevas instrucciones cuando llegue.


Luego dijo: ―Trae al rey Agag: Agag llegó sonriente, porque pensaba: «Seguramente ya ha pasado lo peor».


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