Prometemos solemnemente, delante de nuestro Dios, separarnos de nuestras esposas y de los hijos que con ellas hemos tenido. Haremos lo que tú y todos los que obedecen la ley de nuestro Dios nos aconsejen. Obedeceremos las leyes de Dios.
Esdras 10:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Entonces Esdras se puso de pie y pidió que los jefes de los sacerdotes y los levitas, y todo el pueblo de Israel, prometieran que harían lo que Secanías había dicho. Y todos estuvieron de acuerdo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces se levantó Esdras y juramentó a los príncipes de los sacerdotes y de los levitas, y a todo Israel, que harían conforme a esto; y ellos juraron. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Esdras se puso de pie y exigió que los jefes de los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo de Israel juraran que harían lo que dijo Secanías. Así que todos hicieron un juramento solemne. Biblia Católica (Latinoamericana) Esdras entonces se levantó y pidió a los jefes de los sacerdotes y de los levitas y a todo Israel que juraran que iban a hacer lo que se había dicho, y ellos juraron. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Esdras se levantó, e hizo jurar a los principales sacerdotes y a los levitas, y a todo Israel, que harían conforme a esta palabra; y así juraron. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Esdras se levantó e hizo jurar a los jefes de los sacerdotes, de los levitas y de todo Israel que harían conforme a lo dicho. Y ellos lo juraron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces se levantó Esdras, e hizo jurar a los príncipes de los sacerdotes y a los levitas, y a todo Israel, que harían conforme a esto; y ellos juraron. |
Prometemos solemnemente, delante de nuestro Dios, separarnos de nuestras esposas y de los hijos que con ellas hemos tenido. Haremos lo que tú y todos los que obedecen la ley de nuestro Dios nos aconsejen. Obedeceremos las leyes de Dios.
Todos, pues, de corazón, estuvimos de acuerdo con este pacto y prometimos, bajo pena de maldición, y bajo juramento, guardar y cumplir los mandamientos, ordenanzas y estatutos que el Señor nuestro Dios nos dio por medio de su siervo Moisés.
Los reprendí y los maldije, e hice azotar a algunos de ellos, y arranqué los cabellos de otros, y ellos prometieron delante de Dios que no permitirían que sus hijos o hijas se casaran con personas que no fueran judías.
Ellos estuvieron de acuerdo en hacerlo, y dijeron que ayudarían a sus hermanos sin exigirles nada. Luego convoqué a los sacerdotes e hice que estos hombres juraran cumplir sus promesas.
El que es sabio y los escucha, adquiere mayor sabiduría, y el entendido recibe dirección
Qué grato es dar la respuesta adecuada, y todavía más grato cuando es oportuna.
El consejo sincero de un amigo endulza el alma, como el perfume y el incienso alegran el corazón.
Jesús no le respondió. ―Demando en el nombre del Dios viviente que nos digas si eres el Mesías, el Hijo de Dios —insistió el sumo sacerdote.