Jesús le contestó: ―Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar al Padre si no es por mí.
Efesios 3:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Ahora podemos acercarnos con libertad y confianza a Dios, cuando lo hacemos por medio de Cristo y confiando en él. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él; Biblia Nueva Traducción Viviente Gracias a Cristo y a nuestra fe en él, podemos entrar en la presencia de Dios con toda libertad y confianza. Biblia Católica (Latinoamericana) En él ahora nos acercamos a Dios con plena confianza, con la fe que él nos ha dejado. La Biblia Textual 3a Edicion en el cual tenemos seguridad y derecho de entrada con confianza por la fe en Él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 en el cual tenemos la confiada libertad y el acceso seguro por medio de la fe en él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe de Él. |
Jesús le contestó: ―Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar al Padre si no es por mí.
Dios hace justos a quienes creen en Jesucristo, sin favoritismo alguno.
Por medio de él, y confiando en su promesa, participamos de ese amor que no merecemos, y en el cual nos mantenemos firmes. Incluso nos sentimos orgullosos de la esperanza de gozar de la gloria de Dios.
Esta es la confianza que tenemos delante de Dios, por medio de Cristo.
Porque, gracias a él, judíos y no judíos podemos acercarnos al Padre con la ayuda de un mismo Espíritu.
Por eso, no pierdan la confianza, porque esta les traerá una gran recompensa.
En cambio, Cristo es fiel como Hijo sobre la casa de Dios. Y nosotros somos la casa de Dios si mantenemos hasta el fin nuestra entereza y la esperanza que nos hace sentir orgullosos.
Porque Cristo murió por los pecados una vez y para siempre, el justo por los injustos, para llevarlos a ustedes a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.
Y ahora, queridos hijos, permanezcan en comunión con el Señor, para que, cuando vuelva, puedan presentarse delante de él seguros y sin tener de qué avergonzarse.
Pero, amados míos, si nuestro corazón no nos acusa, podemos estar confiados ante Dios,