Efesios 1:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Esto fue para que le demos la gloria a Dios por la extraordinaria gracia que nos mostró por medio de su amado Hijo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, Biblia Nueva Traducción Viviente De manera que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a su Hijo amado. Biblia Católica (Latinoamericana) sacar alabanzas de esta gracia tan grande
que nos hacía en el Bien Amado. La Biblia Textual 3a Edicion para alabanza de la gloria de su gracia, que nos concedió gratuitamente en el Amado, Biblia Serafín de Ausejo 1975 para alabanza de la gloria de su gracia, de la cual nos dotó en el Amado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) para alabanza de la gloria de su gracia, en la cual nos hizo aceptos en el Amado, |
Emplea tu vigorosa diestra para librarnos y rescata a tu amado pueblo.
Toda obra del Señor tiene un propósito; ¡hasta el malvado fue hecho para el día del desastre!
Vean a mi Siervo, a quien yo sostengo, mi elegido, en quien me deleito. En él he puesto mi Espíritu, él mostrará lo que es justicia a las naciones del mundo.
Yo hice a Israel para mí, y algún día este pueblo mío me honrará ante el mundo.
El Señor mostrará a las naciones del mundo su justicia; todos lo alabarán. Su justicia será como un árbol con renuevos, o como huerto al comenzar la primavera, lleno de plantas que brotan por doquier.
A todos los que guardan luto en Israel les dará: belleza en vez de cenizas, júbilo en vez de llanto, y alabanza en vez de abatimiento. Porque para gloria de Dios, él mismo los ha plantado como vigorosos y esbeltos robles.
Se le conocerá como Señor Justicia Nuestra. En aquel tiempo Judá e Israel habitarán en paz y con seguridad.
Entonces esta ciudad será honra para mí, me dará gozo y será para mí fuente de reconocimiento y gran fama ante todas las naciones de la tierra. Los pueblos del mundo verán el bien que le hago a mi pueblo y estarán asombrados de todos los bienes que les concederé a Judá e Israel.
El sacerdote los ofrecerá allí, uno como ofrenda por el pecado y el otro en holocausto. De esta manera el sacerdote hará expiación delante del Señor por el hombre que haya padecido de flujo.
»El Señor Todopoderoso exclama: ¡Mi espada será lanzada contra mi pastor, contra aquel que había hecho mi compañero de confianza! ¡Herido el pastor, entonces las ovejas se dispersarán! ¡Yo mismo me encargaré de matar a los corderitos!
Pero mientras hablaba, una nube resplandeciente los cubrió y una voz dijo desde la nube: «Este es mi Hijo amado; en él me complazco. Obedézcanlo».
y una voz de los cielos dijo: «Este es mi Hijo amado, y en él me complazco».
«Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra para los que gozan de su buena voluntad».
Así que a los que están unidos a Jesucristo ya no les espera ninguna condenación,
Lo que padecemos es por el bien de ustedes. Y mientras más sean los que reciban el amor de Dios, más gracias habrá que dar a Dios por su gran bondad, y mayor gloria recibirá el Señor.
Dios tomó a Cristo, que no tenía pecado, y puso sobre él nuestros pecados, para declararnos justos por medio de Cristo.
Lo hizo porque desea que nosotros, que fuimos los primeros en esperar al Mesías, celebremos su gloria.
La presencia del Espíritu Santo en nosotros es como el sello de garantía de que Dios nos dará nuestra herencia. Además, significa que Dios ya nos ha comprado y que nos salvará hasta el final. Todo esto lo hizo para que le alabemos y le demos a él la gloria.
Pido también que ilumine sus corazones para que sepan cuál es la esperanza a la que los llamó y qué enorme es la riqueza de la herencia que él ha dado a los que son suyos.
Esto lo hizo para demostrar a las generaciones venideras la incomparable riqueza de su amor, que en su bondad derramó sobre nosotros por medio de Cristo Jesús.
también para que estén llenos del fruto de justicia que se produce por medio de Jesucristo, para que le den la gloria y la alabanza a Dios.
y encontrarme unido a él. No quiero la justicia propia que viene de obedecer la ley, sino la que se obtiene por la fe en Cristo. Esa es la justicia que viene de Dios y está basada en la fe.
Por eso, mi Dios les dará todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.
Él nos rescató del reino de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado,
también ustedes son piedras vivas con las que se está edificando una casa espiritual. Así llegan a ser un sacerdocio santo, para que le ofrezcan a Dios sacrificios espirituales por medio de Jesucristo. Estos sacrificios a él le agradan.
Pero ustedes son una familia escogida, son sacerdotes reales y son una nación santa. Son un pueblo que Dios compró para que anuncien sus obras extraordinarias; él fue quien los llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.
El que habla, que lo haga como el que habla las palabras mismas de Dios. El que presta algún servicio, que lo haga como el que tiene la fuerza de Dios para hacerlo. Así, en todo lo que ustedes hagan, Dios será alabado por medio de Jesucristo, a quien le pertenece la gloria y el poder para siempre. Amén.