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Eclesiastés 1:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Estas son las palabras del Predicador, hijo de David, rey de Jerusalén.

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Biblia Reina Valera 1960

Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Estas son las palabras del Maestro, hijo del rey David y gobernante de Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Palabras de Qohelet, hijo de David, rey de Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Las palabras° de Cohélet,° hijo de David, rey en Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Palabras de Qohélet, hijo de David, rey de Jerusalén.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.

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Eclesiastés 1:1
13 Tagairtí Cros  

Salomón reinó, pues, sobre todo el pueblo de Israel durante cuarenta años.


y que has designado profetas que hablen a favor tuyo en Jerusalén diciendo: “Nehemías es el hombre que necesitamos como rey”. Puedes estar seguro de que voy a pasar esos interesantes rumores al rey Artajerjes. Te sugiero que vengas y hables conmigo al respecto, porque esta es la única manera de salvarte».


A todos les he hablado de tu justicia. Sin timidez lo he proclamado, según te consta, Señor.


Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel:


¡Alábenla por todo lo que ha hecho y públicamente reconozcan sus obras!


Yo, el Predicador, fui rey de Israel y viví en Jerusalén. Y en busca de conocimientos me dediqué a investigarlo todo en el universo. Descubrí que la suerte del ser humano, que Dios le ha señalado, no es un camino feliz. Todo es insensatez; todo es perseguir el viento. Lo torcido no puede enderezarse: es agua pasada; y de nada vale soñar con lo que pudiera haber sido.


A esta conclusión llego, dice el Predicador. Paso tras paso llegué a este resultado tras investigar en todas direcciones: de mil hombres, uno podía tenerse por sabio; y de las mujeres, ninguna.


El Espíritu del Señor Todopoderoso está sobre mí, porque me eligió para traer buenas noticias a los pobres, para consolar a los afligidos y para anunciarles a los prisioneros que pronto van a quedar en libertad.


«Ve a la gran ciudad de Nínive y comunícales el mensaje que te voy a dar».


Con la excepción de Noé (predicador de la justicia) y sus siete familiares, tampoco perdonó al mundo antiguo sino que envió el diluvio para destruir completamente a los impíos.