pero no se agradó de Caín ni de su ofrenda. Por eso Caín se enojó muchísimo y andaba amargado.
Daniel 3:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Entonces Nabucodonosor, en un arrebato de cólera, ordenó que Sadrac, Mesac y Abednego fueran traídos a su presencia. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que le trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Nabucodonosor se enfureció y ordenó que trajeran ante él a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Cuando los trajeron, Biblia Católica (Latinoamericana) Rojo de ira, Nabucodonosor pidió que le trajeran a Sidrac, Misac y Abdénago; trajeron a esos hombres ante el rey. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Nabucodonosor, con cólera y furor, mandó traer a Sadrac, Mesac y Abed-nego, los cuales fueron llevados de inmediato ante el rey. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Furioso entonces Nabucodonosor, ordenó llamar a Sidrac, Misac y Abdénago, que fueron conducidos a la presencia del rey. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Nabucodonosor con ira y con enojo mandó que trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Y al punto fueron traídos estos varones delante del rey. |
pero no se agradó de Caín ni de su ofrenda. Por eso Caín se enojó muchísimo y andaba amargado.
Es mejor toparse con un oso enfurecido, que con un necio atrapado en su necedad.
La piedra es pesada y la arena es toda una carga, pero el enojo del necio pesa más que ellas.
El hombre que se violenta fácilmente provoca pleitos y comete toda clase de pecados.
Sin embargo, el jefe del personal les dio nombres babilónicos: Daniel fue llamado Beltsasar; Ananías fue llamado Sadrac; Misael fue llamado Mesac; y Azarías fue llamado Abednego.
Al oír esto, el rey se puso furioso, y ordenó ejecutar a todos los sabios de Babilonia.
Entonces Nabucodonosor se puso furioso, y su rostro estaba irreconocible de la cólera contra Sadrac, Mesac y Abednego. Mandó que el horno ardiente fuera calentado siete veces más de lo normal,
Y hasta tendrán que comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa. Esto les brindará la oportunidad de hablarles de mí y de proclamarme ante el mundo.
»Por eso, cuídense. A ustedes los entregarán a los tribunales y los golpearán en las sinagogas, y por mi causa los harán comparecer ante gobernadores y reyes, para dar testimonio ante ellos.
»Pero antes que todo esto suceda, echarán mano de ustedes y los perseguirán. Los entregarán a las sinagogas y los meterán en las cárceles. Por ser mis seguidores, los llevarán ante reyes y gobernadores.
Pero los que querían acusarlo se llenaron de ira y comenzaron a hacer planes contra Jesús.
Algunos días después, Félix llegó acompañado de Drusila su esposa, que era judía. Él mandó llamar a Pablo y lo escuchó hablar de la fe en Cristo Jesús.