Que mueran sus descendientes. Que en una sola generación desaparezca su apellido.
Apocalipsis 3:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El que salga vencedor recibirá ropa blanca; no borraré su nombre del libro de la vida sino que reconoceré su nombre ante mi Padre y ante sus ángeles. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. Biblia Nueva Traducción Viviente Todos los que salgan vencedores serán vestidos de blanco. Nunca borraré sus nombres del libro de la vida, sino que anunciaré delante de mi Padre y de sus ángeles que ellos me pertenecen. Biblia Católica (Latinoamericana) El vencedor vestirá de blanco. Nunca borraré su nombre del libro de la vida, sino que proclamaré su nombre delante de mi Padre y de sus ángeles. La Biblia Textual 3a Edicion El que así venza se vestirá con vestiduras blancas, y no borraré jamás su nombre del libro de la vida,° y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus santos ángeles.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 El que venza será vestido así, con vestiduras blancas. No borraré jamás su nombre del libro de la vida, y proclamaré su nombre ante mi Padre y ante sus ángeles'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. |
Que mueran sus descendientes. Que en una sola generación desaparezca su apellido.
Que estos hombres sean borrados del libro de la vida; que no queden inscritos entre los justos.
«Ellos serán para mí como el tesoro más precioso. En el día del juicio los perdonaré, así como el padre perdona al hijo que le respeta y honra.
»Si alguno declara ante la gente que es mi seguidor, yo declararé a su favor ante mi Padre que está en los cielos.
Sin embargo, no se alegren de que los espíritus les obedezcan, sino alégrense de que sus nombres están escritos en el cielo.
»Les aseguro que al que me reconozca públicamente, lo reconoceré en la presencia de los ángeles de Dios.
Y a ti, mi fiel compañero, te pido que ayudes a estas mujeres. Porque han luchado a mi lado junto con Clemente y mis demás ayudantes en la obra del evangelio. Sus nombres ya están en el libro de la vida.
Y ahora, que la gloria, la majestad, el imperio y la potencia sean eternamente del único Dios, Salvador nuestro por medio de Jesucristo, quien tiene poder para conservarlos sin caída y, con gran alegría, presentarlos sin tacha ante su gloriosa presencia. Amén.
Y la adoraron todos los seres humanos cuyos nombres no estaban inscritos, desde la creación del mundo, en el libro del Cordero que fue sacrificado.
Esa bestia antes vivía, pero ahora no. Sin embargo, pronto surgirá del abismo y marchará hacia su destrucción. Los moradores de la tierra que no tienen su nombre escrito en el libro de la vida desde la creación del mundo, se pasmarán de asombro al verla aparecer después de muerta.
se le ha permitido vestirse del lino más fino, limpio y resplandeciente». El lino fino simboliza las buenas obras del pueblo santo.
El que tenga oídos, escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias: El que salga vencedor no sufrirá daño alguno de la segunda muerte.
El que tenga oídos, escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias: Al que salga vencedor le daré a comer del fruto del árbol de la vida que está en medio del paraíso de Dios.
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron entonces los libros; y se abrió también el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados de acuerdo con lo que estaba escrito en los libros, según sus obras.
Y el que no estaba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.
No entrará en ella nada impuro, ni los idólatras ni los mentirosos; solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.
Y si alguno quita palabras de este libro de profecía, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la santa ciudad, que aquí se describen.
Al que salga vencedor, lo convertiré en columna del templo de mi Dios y ya no saldrá jamás de allí. Escribiré en él el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios —la nueva Jerusalén que el Señor hará descender del cielo—, y llevará escrito en él mi nuevo nombre.
No obstante, hay en Sardis algunas personas que no han manchado sus ropas. Por eso, porque son dignas, caminarán a mi lado vestidas de blanco.
Les dieron entonces ropa blanca, y les dijeron que esperaran un poco más, hasta que se completara el número de los demás siervos de Jesús que iban a sufrir el martirio y se les unieran.
―¿Oyeron al gigante? —se decían los soldados—. Ha insultado otra vez al ejército de Israel. ¿Saben qué recompensa ha ofrecido el rey al que lo mate? El rey le dará una de sus hijas por esposa y toda su familia estará exenta de pagar impuestos.