Y cuando ore, Dios lo escuchará; contestará su oración y lo recibirá gozoso, y lo hará volver a sus deberes.
Apocalipsis 22:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 y verán su rostro y llevarán su nombre escrito en la frente. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Biblia Nueva Traducción Viviente Verán su rostro y tendrán su nombre escrito en la frente. Biblia Católica (Latinoamericana) Verán su rostro y llevarán su nombre en la frente. Ya no habrá noche. La Biblia Textual 3a Edicion y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Biblia Serafín de Ausejo 1975 verán su rostro y llevarán su nombre en la frente. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. |
Y cuando ore, Dios lo escuchará; contestará su oración y lo recibirá gozoso, y lo hará volver a sus deberes.
Pero yo en justicia contemplaré tu rostro; me bastará con verte cuando despierte.
Muchos dicen que tú, Señor, jamás nos auxiliarás. Haz que la luz de tu rostro resplandezca sobre nosotros.
Tengo sed de Dios, del Dios vivo. ¿Dónde hallarlo, para ir a estar en su presencia?
Sus ojos verán al Rey en su belleza, y a los montes celestiales en la lejanía.
Sí, habrá abundancia de flores, cánticos y júbilo. Los desiertos se volverán verdes como los montes del Líbano, hermosos como los pastos del monte Carmelo y los prados de Sarón, porque allí exhibirá el Señor su gloria, se apreciará la excelencia de nuestro Dios.
¡La humanidad entera contemplará la gloria del Señor! El Señor lo ha dicho y se cumplirá.
El que quiera servirme, debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará el que me sirve. Al que me sirva, mi Padre lo honrará.
»Padre, quiero que los que tú me has dado, estén conmigo donde yo estoy. Así, ellos verán mi gloria, la gloria que me has dado porque tú me amaste desde antes que el mundo fuera creado.
De la misma manera, nuestros conocimientos son ahora muy limitados, como si estuviéramos viendo una figura en un espejo defectuoso; pero un día veremos las cosas como son, cara a cara. Mis conocimientos son ahora imperfectos, pero en aquel día podré conocer tal y como él me conoce a mí.
Busquen la paz con todos y lleven una vida santa, pues sin santidad nadie verá al Señor.
Vi entonces un Cordero de pie sobre el monte Sion, acompañado de ciento cuarenta y cuatro mil personas que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente.
Al que salga vencedor, lo convertiré en columna del templo de mi Dios y ya no saldrá jamás de allí. Escribiré en él el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios —la nueva Jerusalén que el Señor hará descender del cielo—, y llevará escrito en él mi nuevo nombre.
«¡No vayan a dañar la tierra, ni el mar, ni los árboles, porque todavía no hemos marcado en la frente a los siervos de nuestro Dios».