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Apocalipsis 19:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Entonces vi que un ángel, de pie en el sol, gritaba a todas las aves que vuelan en el cielo: «¡Vengan! ¡Júntense a comer la gran cena de Dios!

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Biblia Reina Valera 1960

Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Después vi a un ángel parado en el sol que les gritaba a los buitres que volaban en lo alto de los cielos: «¡Vengan! Reúnanse para el gran banquete que Dios ha preparado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Vi luego a un ángel parado sobre el sol, que gritó con voz potente a todas las aves que volaban por el cielo: 'Vengan acá, reúnanse para el gran banquete de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces vi a un ángel que estaba de pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo:° ¡Venid, congregaos para el gran festín de Dios!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Vi después un ángel de pie sobre el sol, que gritaba con gran voz a todas las aves que vuelan en lo más alto del cielo: 'Venid, congregaos para el gran festín de Dios;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que volaban por medio del cielo: Venid, y congregaos a la cena del gran Dios,

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Apocalipsis 19:17
10 Tagairtí Cros  

pero yo enviaré un gran castigo sobre ustedes que les causará llanto y dolor. Porque Jerusalén será como indica su nombre, «Ariel», que significa «altar cubierto de sangre».


¡Vengan, naciones enemigas! ¡Vengan a destruir a mi pueblo!


Mi pueblo se ha convertido en una presa deseada, de tal manera que sobre él se cierne una multitud de buitres y bestias salvajes que quieren devorarlo.


En lo que quede por los suelos sólo podrán poner sus nidos algunas aves y su refugio algunas fieras.


Y vi que otro ángel cruzaba los cielos con las eternas buenas nuevas, e iba proclamándolas a cada nación, raza, lengua y pueblo.


Y los demás cayeron víctimas de la espada aguda que salía de la boca del jinete del caballo blanco, y todas las aves se hartaron de sus carnes.


Y mientras miraba, un águila cruzó los cielos gritando: «¡Ay, ay, ay, de los habitantes de la tierra, por lo que acontecerá cuando los otros tres ángeles toquen sus trompetas!».


Ven aquí y daré tus carnes a las aves de rapiña y a los animales salvajes —gritó Goliat.