Él es el Señor Dios nuestro. Su gobierno se ve por doquier en la tierra.
Apocalipsis 15:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ¿Quién no te temerá, oh Señor? ¿Quién no glorificará tu nombre? Porque sólo Tú eres santo. Las naciones vendrán y te adorarán, porque tus obras de justicia ya se han manifestado». Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues solo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado. Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Quién no te temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Pues solo tú eres santo. Todas las naciones vendrán y adorarán delante de ti, porque tus obras de justicia han sido reveladas». Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Quién no dará honor y gloria a tu Nombre, oh Señor?
Tú solo eres santo,
y todas las naciones vendrán
y se postrarán ante ti,
porque tus fallos se han dado a conocer. La Biblia Textual 3a Edicion ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre?° Porque sólo Tú° eres santo; Por lo cual todas las naciones vendrán y adorarán° delante de ti, Porque tus justas acciones se han hecho manifiestas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Quién no temerá, Señor, y no glorificará tu nombre? Porque sólo tú eres santo, porque todos los pueblos vendrán y se postrarán ante ti, porque tus justos designios han quedado manifiestos'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán, y adorarán delante de ti, porque tus juicios se han manifestado. |
Él es el Señor Dios nuestro. Su gobierno se ve por doquier en la tierra.
Él ha pagado el precio del rescate por su pueblo, y estableció con ellos su pacto para siempre. ¡Su nombre es santo e imponente!
«Alaben al Señor, los que le temen», diré yo; ¡Hónrenlo descendientes de Jacob! ¡Adórenlo descendientes de Israel!
Todos en esta tierra lo verán y se volverán al Señor. Y la gente de todas las naciones lo adorará.
Todas las naciones que has creado vendrán y se inclinarán ante ti, Señor, y alabarán tu grande y santo nombre.
Los poderes angelicales más altos se quedan temerosos ante Dios; él es más asombroso que ninguno de los que rodea su trono.
Sion y todas las ciudades de Judá han oído de tu justicia, Señor, y se alegran.
¡Exaltemos al Señor, nuestro Dios! Inclinémonos hasta sus pies para adorarlo porque él es santo.
Exalten al Señor nuestro Dios; adórenlo en su santo monte: ¡Santo es el Señor nuestro Dios!
y los del oriente les responderán con alabanzas. Escúchenlos cantarle al Señor desde los puntos más alejados de la tierra, cantando la gloria del Justo. Pero yo tengo el corazón abrumado de dolor, porque aún prevalecen por todas partes la maldad y la traición.
Por todo ello, temblarán de miedo ante ti las naciones fuertes; despiadadas naciones te obedecerán y glorificarán tu nombre.
Toda la noche te busco; busco a Dios con todo fervor; sólo cuando vengas a juzgar la tierra y a castigarla, el pueblo se apartará de su maldad y hará lo que es justo.
Por mí mismo he jurado y jamás me retractaré, porque mi palabra es verdad, anuncio que toda rodilla en el mundo se doblará ante mí, y toda lengua jurará lealtad a mi nombre.
El que es alto y excelso y habita la eternidad, aquel cuyo nombre es santo, dice así: Yo moro en aquel elevado y santo sitio, pero también estoy donde habitan los pobres y los afligidos, y a ellos les doy ánimo y aliento.
En gran coro antifonal cantaban: ―Santo, Santo, Santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria.
Se llenarán de suprema alegría porque de todo el mundo vendrán a Jerusalén mercaderes trayendo riquezas de muchas tierras.
¿Quién no habrá de temerte, oh Rey de las naciones? ¡Y sólo a ti corresponde ese título! Entre todos los sabios de la tierra y entre todos los reinos del mundo no hay nadie como tú.
Oh Señor, tú que eres para mí como fortaleza y baluarte en mi debilidad, como mi refugio en los días que estoy angustiado, pueblos de muchas partes del mundo acudirán a ti diciendo: «Nuestros antepasados fueron insensatos, pues adoraban ídolos vanos que para nada les aprovecharon.
¿No me tienen respeto alguno?, pregunta el Señor Dios. ¿Cómo es que ni siquiera tiemblan en mi presencia? Mi poder es tan grande que yo fui quien establecí sus límites a los mares del mundo y ellos por más que se embravezcan y rujan, no podrán traspasarlos. ¿No es de ser temido y respetado un Dios así de poderoso?
Pero después ellos retornarán al Señor su Dios, y se acordarán de David, su rey. Sí, al final de los tiempos ellos buscarán con reverencia y humildad al Señor y sus bendiciones.
Señor, Dios mío, tú eres eterno. Tú, mi Dios santo, no nos dejarás perecer. Yo sé, Señor, que usarás a los babilonios para obrar tu justicia. Tú, Roca mía, los has hecho surgir con mucho poder para castigar nuestro pecado.
»Al final, los que sobrevivan la plaga subirán cada año a Jerusalén para ofrecer homenaje al Rey, al Señor Todopoderoso, y para celebrar la fiesta de los Tabernáculos.
»En aquel tiempo muchas naciones se convertirán en fieles devotas del Señor. También ellas serán mi pueblo, y viviré en medio de ellas. Entonces sabrán que fue el Señor Todopoderoso quien me envió a ustedes.
»Sepan que mi fama es muy grande y respetada en todas las naciones que hay desde el oriente hasta el occidente. Por todo el mundo ofrecen perfumes delicados y ofrendas puras en honor a mi gran fama. ¡De qué manera se ha extendido mi fama entre las otras naciones! Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.
Recuerden que él vino también para que los gentiles glorifiquen a Dios por sus mercedes hacia ellos. Así está escrito: «Te alabaré entre las naciones, cantaré himnos a tu nombre».
El séptimo ángel tocó la trompeta, y varias voces potentísimas gritaron desde el cielo: «El reino de este mundo pertenece ahora a nuestro Señor y a su Cristo; y él reinará para siempre».
«¡Teman a Dios —decía a gran voz—, y alaben su grandeza, porque el tiempo ha llegado en que se sentará a juzgar! ¡Adórenlo, porque él creó el cielo y la tierra, el mar y las fuentes que lo nutren!».
Y escuché que aquel ángel de las aguas decía: «Justo eres al enviar estos juicios, santo Señor, que eres y que eras,
Y oí que el ángel del altar decía: «Sí, Señor, Dios Todopoderoso, tus castigos son justos y verdaderos».
porque juzga con justicia y verdad. Ha castigado a la gran prostituta que corrompía la tierra con sus pecados, y ha vengado la sangre de sus siervos que ella derramó».
se le ha permitido vestirse del lino más fino, limpio y resplandeciente». El lino fino simboliza las buenas obras del pueblo santo.
»Escríbele al ángel de la iglesia en Filadelfia: Este mensaje te lo envía el Santo y Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie puede cerrar, y cierra y nadie puede abrir.
Cada uno de ellos tenía seis alas y estaba cubierto de ojos por dentro y por fuera. Y día y noche decían: «Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, que es y que ha de venir».
Aquellas personas clamaban a gran voz: «Soberano Señor, santo y verdadero, ¿cuándo vas a juzgar a los habitantes de la tierra y cuándo vas a vengar nuestra muerte?».
»No hay otro Dios, ni nadie tan santo como el Señor, ni otra roca como nuestro Dios.