Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




2 Samuel 8:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

David situó varias guarniciones en Damasco, y los sirios fueron súbditos de David y le presentaban anualmente sus tributos. El Señor le daba victorias en todas las campañas militares que emprendía.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Puso luego David guarnición en Siria de Damasco, y los sirios fueron hechos siervos de David, sujetos a tributo. Y Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Luego puso varias guarniciones militares en Damasco, la capital aramea, y los arameos se convirtieron en súbditos de David y le pagaban tributo. Así que el Señor le daba la victoria a David dondequiera que iba.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Después de eso, David puso gobernadores en la región de Damasco y los arameos pasaron a ser súbditos de David; le pagaban un tributo. Así fue como Yavé daba la victoria a David adondequiera que iba.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

e impuso David guarniciones en Siria de Damasco, y los sirios fueron siervos de David, y pagaron tributo. Y a dondequiera que iba David, YHVH le daba la victoria.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Estableció luego gobernadores en la región aramea de Damasco, y así los arameos quedaron sometidos a David y le pagaban tributo. Así Yahveh concedía la victoria a David por dondequiera que éste iba.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Puso luego David guarnición en Siria de Damasco, y los sirios fueron hechos siervos de David, sujetos a tributo. Y Jehová guardó a David por dondequiera que él fue.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



2 Samuel 8:6
26 Tagairtí Cros  

Cuando los reyes aliados de Hadad Ezer vieron que los sirios habían sido derrotados, se rindieron ante David y le fueron tributarios. Después de esto los sirios tuvieron miedo de ayudar a los amonitas.


David, que estaba en su refugio en aquel tiempo porque algunos filisteos habían ocupado la cercana ciudad de Belén,


«Ahora es la ocasión —les dijo—. Porque el Señor le dijo a David: “Es por medio de ti, que eres mi siervo, que yo salvaré a mi pueblo de los filisteos y de sus demás enemigos”».


David, pues, se fortalecía cada vez más, porque el Señor, Dios Todopoderoso, estaba con él.


Que yo he estado con él adondequiera que ha ido y he derrotado a sus enemigos. Que yo engrandeceré aún más su nombre, para que sea uno de los hombres más famosos del mundo.


Luego puso guarniciones a través de Edom y fueron tributarios de David. El Señor estaba con David y le daba la victoria donde quiera que fuera.


También venció a los moabitas, a quienes hizo tender en el suelo y los midió con un cordel. A todos los que quedaron dentro de las dos primeras medidas los hizo matar, pero dejó con vida a los que estaban en la tercera medida. Y los moabitas se convirtieron en vasallos y tributarios de David.


David llevó a Jerusalén los escudos de oro que usaban los oficiales del rey Hadad Ezer,


El rey Salomón gobernó toda la región que se extiende desde el río Éufrates hasta la tierra de los filisteos, y hasta las fronteras con Egipto. Los pueblos de esas tierras pagaban sus tributos a Salomón y continuaron sirviéndole a través de toda su vida.


Después de la muerte del rey Acab, Moab se declaró independiente y se negó a seguir pagando tributos a Israel.


El resto de la biografía de Jeroboán, todo lo que hizo, su gran poder, sus guerras, y cómo recuperó Damasco y Jamat (que habían sido capturadas por Judá) está registrado en el libro de los reyes de Israel.


Por esta razón el Señor estuvo con él y lo hizo prosperar en todo lo que emprendió. Se rebeló contra el rey de Asiria y se negó a seguir pagando tributos.


El rey Mesá, de Moab, y su pueblo eran criadores de ovejas. Pagaban a Israel un tributo anual de cien mil corderos y la lana de cien mil carneros;


Estableció una base militar en Edom, y obligó a los edomitas a pagar grandes sumas de dinero anualmente a David. Esta es precisamente una nueva demostración de cómo el Señor daba a David victoria tras victoria.


Estableció bases militares en todas las ciudades amuralladas de Judá y situó guarniciones en todo el país, y en las ciudades de Efraín, que su padre Asá había conquistado.


Señor soberano, mi salvador poderoso que me protege en el día de la batalla.


¿Eres tú, oh Dios, quien nos ha rechazado? ¿Ya no sales con nuestros ejércitos?


Los caballos ya están listos para el día de la batalla, pero la victoria depende del Señor.


Entonces Jonatán atacó y destruyó la guarnición filistea que estaba en Guibeá. La noticia corrió rápidamente entre los filisteos, y Saúl convocó a todo Israel a las armas.


Un día más tarde el príncipe Jonatán le dijo a su escudero: «Vamos, crucemos el valle hasta la guarnición de los filisteos». Pero no le avisó a su padre que salía.


Repentinamente cundió el pánico en todo el campamento filisteo, tanto los que estaban acampados como los que estaban en el campo abierto. Para colmo, hubo un gran terremoto que aumentó el terror.


―Vamos a donde están esos paganos —dijo Jonatán a su escudero—. Quizás el Señor haga algo por medio nuestro. Para él no hay diferencia en salvar con muchos o con pocos.