Entonces el Señor envió al profeta Natán a decirle a David lo siguiente:
2 Samuel 24:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Al día siguiente, el Señor habló con el profeta Gad, que era el profeta que atendía a David, y le pidió que le llevara este mensaje a David: Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y por la mañana, cuando David se hubo levantado, vino palabra de Jehová al profeta Gad, vidente de David, diciendo: Biblia Nueva Traducción Viviente A la mañana siguiente, la palabra del Señor vino al profeta Gad, quien era el vidente de David, y le dio este mensaje: Biblia Católica (Latinoamericana) Al día siguiente, mientras David se levantaba, la palabra de Yavé fue dirigida al profeta Gad, el vidente de David: La Biblia Textual 3a Edicion Cuando David se levantó por la mañana, la palabra de YHVH fue al profeta Gad, vidente de David, diciendo: Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando se levantó David por la mañana, la palabra de Yahveh le había sido dirigida al profeta Gad, vidente de David, diciéndole: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y por la mañana, cuando David se hubo levantado, vino palabra de Jehová al profeta Gad, vidente de David, diciendo: |
Entonces el Señor envió al profeta Natán a decirle a David lo siguiente:
Después de la muerte de Azuba, Caleb se casó con Efrata, la cual dio a luz un hijo llamado Jur.
Se han escrito biografías detalladas del rey David en las crónicas del profeta Samuel, del profeta Natán y del profeta Gad.
El rey Ezequías colocó a los levitas en el templo para que se encargaran de tocar los címbalos, las arpas y las liras. Esto se hizo según las órdenes de David y de los profetas Gad y Natán (que habían recibido sus instrucciones de parte del Señor). Los levitas ocuparon sus puestos con los instrumentos musicales de David, y los sacerdotes con las trompetas.
Un día el profeta Gad le dijo a David que dejara la cueva y regresara a la tierra de Judá. Y David se fue al bosque de Jaret.
―Bien —aprobó Saúl—, vayamos y probemos. Fueron entonces a la ciudad donde vivía el profeta. Mientras subían la colina hacia la ciudad, vieron a algunas jóvenes que salían a sacar agua y les preguntaron si sabían donde vivía el vidente: En aquellos días los profetas eran llamados videntes. «Vamos y preguntemos al vidente», decía la gente en vez de decir «vamos y preguntémosle al profeta».