Muerta Raquel, fue sepultada junto al camino a Efrata (que también se llama Belén).
2 Samuel 23:15 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 dijo: «¡Quién pudiera beber agua del pozo que está junto a la puerta de la ciudad!». (El pozo estaba cerca de la puerta de Belén). Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y David dijo con vehemencia: ¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a la puerta! Biblia Nueva Traducción Viviente David les comentó a sus hombres un vivo deseo: «¡Ah, cómo me gustaría tomar un poco de esa buena agua del pozo que está junto a la puerta de Belén!». Biblia Católica (Latinoamericana) David tuvo un deseo y dijo: '¿Quién pudiera traerme agua para tomar del pozo que está a la entrada de Belén?' La Biblia Textual 3a Edicion Y David tuvo un deseo y exclamó: ¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Bet-léhem, que está junto a la puerta! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y se le ocurrió a David decir: '¡Quién me diera a beber agua del pozo que hay a la puerta de Belén!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y David tuvo deseo, y dijo: ¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén, que está junto a la puerta! |
Muerta Raquel, fue sepultada junto al camino a Efrata (que también se llama Belén).
Entonces los tres hombres cruzaron las filas filisteas, sacaron agua del pozo y se la llevaron a David. Pero él se negó a beberla y la derramó delante del Señor, y dijo:
David quería beber agua del pozo de Belén, que estaba junto a la puerta de la ciudad, y tan pronto como lo dio a conocer a sus hombres,
Esperando tu salvación se me va la vida; pero he puesto mi esperanza en tu palabra.
¡Oh Dios, mi Dios! ¡Cómo te busco! ¡Qué sed tengo de ti en esta tierra reseca y triste en donde no hay agua! ¡Cómo anhelo encontrarte!
Cuando los pobres y menesterosos busquen agua sin hallarla, y tengan la lengua reseca de sed, yo responderé cuando clamen a mí. Yo, el Dios de Israel, no los abandonaré jamás.
Yo proveeré agua abundante para su sed y para sus campos resecos. Y yo derramaré mi Espíritu y mis bendiciones sobre sus hijos.
Jesús le contestó: ―Si supieras lo que Dios puede darte y quién es el que te está pidiendo agua, serías tú la que le pediría agua a él y él te daría agua que da vida.
pero el que beba del agua que yo le dé, no volverá a tener sed jamás, porque dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.
El último día de la fiesta, que era el más importante, Jesús se puso de pie y dijo con fuerte voz: ―¡Si alguno tiene sed, venga a mí y beba!