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2 Reyes 6:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

―Ninguno de nosotros —contestó uno de los oficiales—. Es el profeta Eliseo el que le dice al rey de Israel las mismas palabras que tú hablas en lo más privado de tu habitación.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces uno de los siervos dijo: No, rey señor mío, sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más secreta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—No somos nosotros, mi señor el rey —respondió uno de los oficiales—. ¡Eliseo, el profeta de Israel, le comunica al rey de Israel hasta las palabras que usted dice en la intimidad de su alcoba!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Uno de sus servidores respondió: 'Nadie, señor rey, sino que es Eliseo, el profeta de Israel, quien revela al rey de Israel hasta las palabras que pronuncias tú en tu cuarto al acostarte'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y uno de sus siervos respondió: No, rey y señor mío, sino que el profeta Eliseo, que está en Israel, él revela al rey de Israel las palabras que tú hablas en el interior de tu aposento.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Respondió uno de sus servidores: 'No, mi señor el rey; es Eliseo, el profeta que hay en Israel, quien manifiesta al rey de Israel incluso las palabras que tú pronuncias en tu propia alcoba'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces uno de los siervos dijo: No, rey, señor mío; sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más secreta.

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2 Reyes 6:12
19 Tagairtí Cros  

Pero Eliseo le dijo: ―¿No comprendes que, con mi pensamiento, yo te estaba acompañando cuando Naamán descendió de su carro para encontrarse contigo? ¿Es tiempo de recibir dinero, ropa, olivares, viñedos, ovejas, bueyes y criados?


Un día la niña le dijo a su ama: «Me gustaría que mi amo fuera a ver al profeta que vive en Samaria. Estoy segura de que él lo puede sanar de la lepra».


Pero cuando el profeta Eliseo oyó lo que le ocurría al rey de Israel, le envió este mensaje: «¿Por qué estás tan confundido? Envíame a Naamán, y él sabrá que hay profeta de Dios en Israel».


El rey de Siria, asombrado, convocó a sus oficiales y les preguntó: ―¿Quién de ustedes es el traidor? ¿Quién ha estado revelándole mis planes al rey de Israel?


―¡Vayan y averigüen dónde está! ¡Enviaré soldados para que lo tomen preso! —exclamó el rey. Pronto llegó el informe: «Eliseo está en Dotán».


El río Nilo se llenará de ranas que entrarán aun a sus cuartos y estarán sobre sus camas. Cada casa de Egipto se llenará de ranas, de modo que hasta se meterán en los hornos y en donde amasan la harina para el pan. ¡Tantas serán las ranas que hasta se treparán sobre sus hombros, y sobre sus funcionarios y sobre toda la gente!».


Nadie, por inteligente o sabio que sea, puede enfrentarse al Señor.


Jamás, ni de pensamiento, maldigas al rey; tampoco al rico, pues no faltará pajarito que se lo cuente.


¡Ay de quienes procuran ocultar del Señor sus planes, que procuran esconderle lo que hacen! «Dios no puede vernos», se dicen, «no sabe lo que está ocurriendo».


El rey le dijo a Daniel: «Tu Dios es el Dios de los dioses, el Rey de los reyes, el Revelador de misterios, porque él te ha descubierto este secreto».


¡Claro que no pasa nada al azar! Dios, el Señor, antes de hacer algo, primero se lo comunica a sus siervos los profetas, para que estos a su vez le adviertan a su pueblo.