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2 Reyes 16:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Por el contrario, fue tan malo como los reyes de Israel. Tanta fue su maldad, que hasta sacrificó en el fuego a su hijo, para ofrecérselo a un dios falso, que era una ceremonia repugnante que practicaba la gente que antes vivía en aquella tierra que el Señor le dio a su pueblo Israel.

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Biblia Reina Valera 1960

Antes anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por fuego a su hijo, según las prácticas abominables de las naciones que Jehová echó de delante de los hijos de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

En cambio, siguió el ejemplo de los reyes de Israel, hasta sacrificó a su propio hijo en el fuego. De esta manera, siguió las prácticas detestables de las naciones paganas que el Señor había expulsado de la tierra del paso de los israelitas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Siguió más bien as huellas de los reyes de Israel, y hasta llegó a sacrificar a su hijo en la hoguera, según las prácticas odiosas de los pueblos que Yavé había echado ante los israelitas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

sino que anduvo en el camino de los reyes de Israel, incluso hizo pasar a su hijo por el fuego, conforme a las abominaciones de los pueblos que YHVH había expulsado de delante de los hijos de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

sino que siguió los caminos de los reyes de Israel, e incluso hizo pasar a su hijo por el fuego conforme a las abominaciones de la gente que Yahveh había expulsado de delante de los israelitas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Antes anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por el fuego a su hijo, según las abominaciones de las gentes que Jehová echó de delante de los hijos de Israel.

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2 Reyes 16:3
32 Tagairtí Cros  

A través de todo el país los hombres practicaban la prostitución como si fuera un acto de adoración, de modo que el pueblo de Judá llegó a ser tan depravado como aquellas naciones que el Señor había expulsado del territorio que ahora le pertenecía a Israel.


Desobedecieron todos los mandamientos del Señor su Dios, e hicieron dos becerros de oro fundido. Hicieron ídolos abominables y vergonzosos, y adoraron a Baal, y a todos los astros del cielo.


Llegaron aun a sacrificar en el fuego a sus propios hijos e hijas como ofrenda a sus dioses, consultaron a adivinos, practicaron la magia y se vendieron a sí mismos al mal. Por eso el Señor se enojó con ellos.


Pero ni aun los de Judá obedecieron los mandamientos del Señor su Dios, sino que anduvieron en las malas costumbres que Israel había introducido.


Habían seguido las malas costumbres de las naciones que el Señor había expulsado delante de ellos, y las malas costumbres que habían introducido los reyes de Israel.


«Por cuanto el rey Manasés ha hecho estas iniquidades, y es aun más malo que los amorreos que vivían en esta tierra hace mucho tiempo, y por cuanto ha llevado al pueblo de Judá a la idolatría,


Manasés fue un mal rey, pues hizo lo que no le agrada al Señor, pues imitó las prácticas abominables de las naciones que fueron arrojadas de la tierra para dejarle el lugar al pueblo de Israel.


Además, hizo quemar en un altar pagano a uno de sus propios hijos. Practicó la brujería y la adivinación, y consultó a espiritistas y a adivinos. En fin, hizo todo lo que el Señor desaprueba. Por eso, el Señor se enojó con él.


Pero el pueblo no quiso escuchar al Señor, y Manasés los indujo a hacer mayores males que las naciones vecinas, aun cuando el Señor había destruido a aquellas naciones por sus malos comportamientos, cuando el pueblo de Israel entró en la tierra.


Asimismo el rey destruyó el altar de Tofet, que estaba en el valle de Ben Hinón, para que nadie pudiera usarlo nuevamente con el propósito de sacrificar a sus hijos o hijas quemándolos en honor a Moloc.


Pero fue tan perverso como Acab y los demás reyes de Israel, y hasta se casó con una de las hijas de Acab.


Ocozías también anduvo en los malos caminos de Acab, porque su madre lo impulsó a hacer el mal.


Pero su reinado fue malo, porque fomentó la adoración a los ídolos paganos entre el pueblo, los ídolos de las naciones que el Señor destruyó cuando su pueblo entró en la tierra.


Además, quemó a sus hijos en el valle de Bet Hinón, como sacrificio para sus dioses. Además, consultó a espiritistas, a adivinos y a encantadores, y fomentó toda suerte de mal, con lo que provocó la ira del Señor.


sino que se mezclaron con los paganos y aprendieron sus malas costumbres,


Debajo de los robles y de todo árbol frondoso tienen relaciones sexuales para adorar a los falsos dioses, y junto a los arroyos y en las cuevas de las rocas sacrifican a sus hijos como ofrenda en su honor.


Y han edificado elevados altares a Baal en el valle de Ben Hinón. Allí han quemado a sus hijos como sacrificio a Moloc, algo que jamás ordené y ni siquiera imaginé sugerir. ¡Qué increíble iniquidad, la cual lleva a Judá a pecar tan espantosamente!


¿Debías también sacrificar a mis hijos en el fuego de los altares idolátricos?


¡No le has ido a la zaga a la hora de cometer maldades, sino que en poco tiempo las sobrepasaste a ellas!


Esperando que ellos retrocederían con horror, y sabrían que sólo yo soy el Señor, les permití contaminarse con los mismos dones que yo les había dado. ¡Hasta llegaron a quemar a sus primogénitos como ofrendas a sus dioses!


Pues cuando ofrecen regalos a ellos y entregan a sus pequeños para ser quemados, como lo hacen aún hoy, ¿creen ustedes que pondré atención a sus oraciones?, ¿creen que los ayudaré, oh israelitas? “¡Tengan por seguro”, dice el Señor Dios, “que no les daré ningún mensaje, aunque han acudido a mí para preguntar!


»No ofrecerán sus hijos a Moloc, quemándolos sobre su altar. Si lo hacen, profanarán el nombre de su Dios, porque yo soy el Señor.


para el pueblo de Israel: «Cualquiera que viva en medio de ustedes, sea israelita o extranjero, que presente a su hijo en sacrificio al dios Moloc será condenado a muerte. Todo el pueblo lo matará a pedradas.


¿Se sentirá satisfecho si le ofrecemos como ofrenda mil carneros o diez mil litros de aceite? ¿O tendremos que ofrecerle en sacrificio al mayor de nuestros hijos para que nos perdone por nuestros pecados?».


No debes insultar a tu Dios de esa manera. Estas naciones han hecho cosas abominables que él aborrece, todo en nombre de su religión. Hasta han llegado a quemar a sus hijos y a sus hijas delante de sus dioses.


Nadie debe presentar a su hijo o hija como ofrenda para ser quemada. Tampoco se debe practicar la adivinación, la brujería, la hechicería,