Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes sí me verán. Y porque yo vivo, también ustedes vivirán.
2 Corintios 4:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Por dondequiera que vamos, este cuerpo nuestro se enfrenta a la muerte al igual que Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nosotros. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. Biblia Nueva Traducción Viviente Mediante el sufrimiento, nuestro cuerpo sigue participando de la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús también pueda verse en nuestro cuerpo. Biblia Católica (Latinoamericana) Por todas partes llevamos en nuestra persona la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra persona. La Biblia Textual 3a Edicion Llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte° de Jesús, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestro cuerpo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 llevando siempre y por todas partes, en el cuerpo, la muerte que llevó Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) llevando siempre por todas partes en el cuerpo la muerte del Señor Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. |
Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes sí me verán. Y porque yo vivo, también ustedes vivirán.
Pues si fuimos injertados en Cristo cuando él murió, de la misma manera participamos con él en su resurrección.
Y por cuanto nuestra naturaleza pecadora murió con Cristo, creemos que también compartiremos su nueva vida.
Las Escrituras dicen: «Por tu causa nos amenazan de muerte todo el tiempo, nos tratan como a ovejas de matadero».
Pues así como sufrimos abundantemente por Cristo, así de grande es el consuelo que él nos da.
Nos pareció que estábamos ya sentenciados a muerte. Pero eso sucedió para que no confiáramos en nosotros mismos sino en Dios, que puede hasta resucitar a los muertos.
Su débil cuerpo humano murió en la cruz, pero ahora vive por el poder de Dios. Nosotros también, al igual que él lo era, somos débiles; pero ahora, unidos a él, vivimos y tenemos el poder de Dios para tratar con ustedes.
A diario corremos peligro de muerte por servir a Jesús, para que también en nosotros se vea la vida que Jesús da.
De ahora en adelante ya no quiero que nadie me cause más problemas, porque llevo en el cuerpo las marcas de haber sufrido por Jesús.
Es cierto que estoy sufriendo por ustedes, pero me alegro. Así ayudo a completar lo que falta de los sufrimientos de Cristo por ese cuerpo suyo que es la iglesia.
Este mensaje es la verdad: Si morimos con Cristo, también viviremos con él.
Al contrario, alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también se alegren muchísimo cuando se muestre la gloria de Cristo.
Dichosos ustedes si los insultan por causa de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios está siempre con ustedes.
Al verlo, caí a sus pies como muerto; pero puso la mano derecha sobre mí y me dijo: «¡No temas! Soy el primero y el último,