Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




2 Corintios 2:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

En realidad, decidí no hacerles una visita que los dejara tristes,

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Esto, pues, determiné para conmigo, no ir otra vez a vosotros con tristeza.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que decidí que no les causaría tristeza con otra visita dolorosa.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Preferí no volver a visitarlos, si iba a causar otra vez tristezas.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Pero determiné conmigo mismo no ir otra vez a vosotros con tristeza.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Me propuse, pues, no haceros una visita que fuera, de nuevo, motivo de tristeza.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Esto, pues, determiné para conmigo, no venir otra vez a vosotros con tristeza.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



2 Corintios 2:1
13 Tagairtí Cros  

Los discípulos decidieron enviar ayuda a los hermanos de Judea, para lo cual cada uno contribuyó en la medida de sus fuerzas.


Como Pablo y Bernabé discutieron con ellos y se les opusieron con todas sus fuerzas, los creyentes los enviaron a Jerusalén, acompañados de varios creyentes, para que consultaran el asunto con los apóstoles y los ancianos.


Bernabé quería que Juan Marcos fuera de nuevo con ellos;


porque me había propuesto hablar sólo de Jesucristo y de su muerte en la cruz.


¿Qué prefieren? ¿Que vaya a castigarlos y a regañarlos, o que vaya con ternura y mansedumbre?


Aunque no estoy ahí en persona, sí estoy con ustedes en espíritu, y ya he juzgado al que cometió ese pecado.


Pongo a Dios por testigo de que todavía no he ido a visitarlos porque no quiero ser duro con ustedes.


Les he escrito esta carta con la esperanza de que cuando los visite no tenga que ser duro y usar mi autoridad. Quiero emplear la autoridad que me confirió el Señor para ayudarlos a madurar y no para destruirlos.


Y cuando les escribí, se me partía el corazón al hacerlo. Lo digo con sinceridad: lloré muchísimo. Mi intención no era hacerlos sufrir, pero tenía que demostrarles cuán grande es el amor que les tengo.


Estoy pensando enviarte a Artemas o a Tíquico. Tan pronto como uno de ellos llegue, procura encontrarte conmigo en Nicópolis, donde he decidido pasar el invierno.