Te sientes orgulloso de la ley de Dios, pero lo deshonras al violarla.
2 Corintios 10:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Y estamos listos a castigar a cualquiera que persista en su rebeldía, después que ustedes mismos se hayan rendido totalmente a Cristo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta. Biblia Nueva Traducción Viviente y una vez que ustedes lleguen a ser totalmente obedientes, castigaremos a todo el que siga en desobediencia. Biblia Católica (Latinoamericana) y estamos dispuestos a castigar toda desobediencia en cuanto contemos con la total obediencia de ustedes. La Biblia Textual 3a Edicion estando dispuestos a castigar° toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea completa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y estamos dispuestos a castigar cualquier rebeldía, cuando se haya logrado vuestra sumisión. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y estando prestos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia fuere perfecta. |
Te sientes orgulloso de la ley de Dios, pero lo deshonras al violarla.
¿Qué prefieren? ¿Que vaya a castigarlos y a regañarlos, o que vaya con ternura y mansedumbre?
Les he escrito esta carta con la esperanza de que cuando los visite no tenga que ser duro y usar mi autoridad. Quiero emplear la autoridad que me confirió el Señor para ayudarlos a madurar y no para destruirlos.
La última vez que estuve allá les advertí a los que andaban en pecado, y ahora les advierto a ellos y a los demás, que en esta ocasión voy dispuesto a castigarlos.
Les escribí de aquella manera precisamente para ver hasta dónde me obedecían.
Él los ama más que nunca, sobre todo cuando recuerda la obediencia que le prestaron y la humildad con que lo recibieron.
¡Sírvannos de ejemplo Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no deshonrar el nombre de Dios!
Por eso, cuando yo vaya, le voy a llamar la atención por su mala conducta y por los chismes y las cosas malas que anda diciendo de nosotros. No sólo se niega a recibir a los hermanos que por allí pasan, sino que prohíbe que los demás lo hagan, amenazándolos con expulsarlos de la iglesia.