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2 Corintios 10:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

5 Así podemos destruir la altivez de cualquier argumento y cualquier muralla que pretenda interponerse para que el hombre conozca a Dios. De esa manera, hacemos que todo tipo de pensamiento se someta para que obedezca a Cristo.

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Biblia Reina Valera 1960

5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Destruimos todo obstáculo de arrogancia que impide que la gente conozca a Dios. Capturamos los pensamientos rebeldes y enseñamos a las personas a obedecer a Cristo;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 y esa soberbia que se oponen al conocimiento de Dios. Todo pensamiento tendrá que rendirse a nosotros y someterse a Cristo,

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 destruyendo razonamientos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia del Mesías;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 y toda altivez que se alza contra el conocimiento de Dios; apresamos todo pensamiento para someterlo a Cristo,

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2 Corintios 10:5
48 Tagairtí Cros  

Al Señor le agradó mucho el olor de los sacrificios, y se dijo a sí mismo: «Nunca más volveré a maldecir la tierra por culpa de la humanidad, pues todos los seres humanos están inclinados hacia el mal desde que son niños. ¡Jamás volveré a destruir a los seres vivos, como lo hice en esta ocasión!


¿A quién has desafiado e insultado? ¿Contra quién has levantado con soberbia la voz? ¡Es contra el Santo de Israel que lo has hecho!


Debido a tu arrogancia contra mí, voy a poner un garfio en tu nariz, y frenos en tu boca, y te haré regresar por el camino que viniste.


y me detesto, y me arrepiento en polvo y cenizas».


Estos malvados, tan orgullosos y altivos, parecen creer que Dios ha muerto. ¡No se les ocurre siquiera buscarlo!


Sabes si me siento o me levantó. Cuando estoy lejos, conoces cada uno de mis pensamientos.


Libras a los humildes y condenas a los orgullosos y altivos.


Extranjeros que nunca me han visto se someten al instante.


―¿Conque esas tenemos? —replicó el faraón—. ¿Quién es el Señor para que yo tenga que obedecerlo y dejarlos ir? Yo no conozco al tal Señor, así que no dejaré salir a Israel.


El Señor detesta el pensamiento de los malvados, pero le agradan las palabras limpias.


Los planes del necio son pecado, y todos desprecian al insolente.


Toda la gloria de la humanidad se humillará; los orgullosos yacerán en el polvo, y sólo el Señor será exaltado.


Los que siempre buscan hacer el mal, que abandonen sus malos pensamientos y ese estilo de vida, y vuélvanse al Señor, pues él siempre está dispuesto a perdonarlos; el Señor es un Dios compasivo.


Sus pies corren hacia el mal y se apresuran a cometer homicidio; sólo piensan en pecar y a dondequiera que van dejan un rastro de dolor y de muerte.


Los hijos de quienes los oprimieron a ustedes, habitantes de Jerusalén, vendrán a humillarse y hasta les besarán los pies. Llamarán a Jerusalén «Ciudad del Señor» y «Glorioso monte del Santo de Israel».


¿No quema mi palabra como si fuera fuego?, pregunta el Señor. ¿No es como un poderoso mazo que despedaza la roca?


¡Oh Jerusalén, pon en orden tu vida mientras haya tiempo; aún puedes salvarte cambiando tu conducta y modo de pensar!


Y todo el mundo sabrá que soy yo, el Señor, quien talo los árboles altos y exalto a los bajos, que hago secar al árbol verde y al árbol seco crecer. ¡Yo, el Señor, he dicho que lo haré, y lo haré!”».


»Ahora yo, Nabucodonosor, elogio y reconozco y respeto al Rey del cielo porque todas sus obras son rectas y buenas. Él es capaz de humillar a los orgullosos».


Del corazón salen los malos pensamientos, los asesinatos, los adulterios, las fornicaciones, los robos, las mentiras y los chismes.


Actuó con poder, desbarató las intrigas de los orgullosos.


Sin embargo, aunque lo sabían muy bien, no quisieron ni adorar a Dios ni darle gracias. Al contrario, se pusieron a concebir ideas estúpidas y, en consecuencia, sus necios entendimientos se oscurecieron.


Por medio de Cristo, Dios derramó su gracia sobre nosotros y luego nos envió a todas las naciones, para que estas sean obedientes a la fe por amor a Cristo.


pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley, que es la ley del pecado. Esta ley está en guerra contra mi mente, y me tiene cautivo. ¡Qué triste es el estado en que me encuentro!


porque Dios mismo dice: «Destruiré los planes humanos por sabios que parezcan, y haré caso omiso de las ideas humanas por más brillantes que sean».


porque la sabiduría de este mundo es insensatez a los ojos de Dios. Como está escrito: «Dios enreda a los sabios en la misma sabiduría de que hacen gala».


no les importa que los estén esclavizando y explotando ni que se estén aprovechando de ustedes; no les preocupa a ustedes que se enaltezcan y luego los abofeteen.


Cuando reciban esta demostración de servicio, ellos alabarán a Dios porque ustedes obedecen el mensaje de Cristo, son generosos y se solidarizan con ellos y con todos.


No te niegues a prestarles porque el año de la remisión se encuentre cerca. Si te niegas a hacerle el préstamo y la persona necesitada clama al Señor, te será contado como pecado.


Y la paz de Dios, esa paz que nadie puede comprender, cuidará sus corazones y pensamientos en Cristo.


Él se opone y se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto. Este hombre hasta se atreverá a ir y sentarse en el Templo de Dios y hacerse pasar por Dios.


Entonces aparecerá aquel inicuo; pero el Señor lo consumirá con el soplo de su boca y lo destruirá con el resplandor de su venida.


La palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que una espada de dos filos que penetra hasta lo más profundo de nuestro ser, y examina nuestros más íntimos pensamientos y los deseos de nuestro corazón.


Y habiendo sido perfeccionado de esa manera, llegó a ser el autor de la salvación eterna de todos los que lo obedecen.


que tengan gracia y paz en abundancia. Dios el Padre los eligió de acuerdo con su propósito y por medio del Espíritu los ha santificado, para que obedezcan a Jesucristo y sean salvados por su sangre.


Ahora que ustedes se han purificado porque obedecen a la verdad y tienen un amor sincero por sus hermanos, ámense con todo su corazón unos a otros,


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