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2 Corintios 1:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Él nos libró de la muerte y de la misma manera nos volverá a librar cuando sea necesario. En él hemos puesto nuestra esperanza.

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Biblia Reina Valera 1960

el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Efectivamente él nos rescató del peligro mortal y volverá a hacerlo de nuevo. Hemos depositado nuestra confianza en Dios, y él seguirá rescatándonos,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El nos libró de ese peligro de muerte tan grande, y nos seguirá protegiendo. En él hemos puesto nuestra esperanza y seguirá amparándonos,

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La Biblia Textual 3a Edicion

el cual nos libró de tan gran muerte, y nos librará;° en quien hemos esperado, y aún nos librará;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Él nos libró de una muerte tan segura y nos librará. En Él hemos puesto la esperanza de que nos seguirá librando.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

el cual nos libró, y nos libra; y en quien confiamos que aún nos librará de tan grande muerte;

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2 Corintios 1:10
14 Tagairtí Cros  

El bueno no está libre de tribulación; también tiene sus problemas pero en todos ellos lo auxilia el Señor.


Escúchenme, todos lo que han quedado de Israel: Yo los creé y los he cuidado desde su nacimiento.


Si somos arrojados al horno de fuego ardiente, el Dios a quien servimos puede librarnos del horno y de cualquier otro castigo que Su Majestad nos imponga.


Al fin, el rey se vio obligado a dar la orden para arrestar a Daniel, y este fue llevado al foso de los leones. El rey le dijo entonces: ―Que tu Dios, a quien siempre le eres fiel, te salve.


»Por esto los judíos me tomaron preso en el templo y trataron de matarme.


Pidan que el Señor me proteja, en Jerusalén, de los que no son cristianos. Oren para que los cristianos de allí acepten el dinero que les llevo.


Nos pareció que estábamos ya sentenciados a muerte. Pero eso sucedió para que no confiáramos en nosotros mismos sino en Dios, que puede hasta resucitar a los muertos.


Aunque todo el mundo nos conoce, nos tratan como a desconocidos; arriesgamos la vida, pero estamos vivos; nos han golpeado, pero sobrevivimos.


En efecto, si trabajamos arduamente y sufrimos mucho es porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el salvador de todos, particularmente de los que creen.


Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para predicar el mensaje que todos oyeron. Dios me libró de la boca del león.


No cabe duda entonces de que el Señor sabrá rescatar de las tentaciones a los que viven como él quiere y reservará a los injustos para castigarlos en el día del juicio.


El Señor que me salvó de las garras del león y del oso, me salvará también de este filisteo. Saúl finalmente aceptó. ―Bien, ve —le dijo—, y que el Señor te acompañe.


Samuel entonces tomó una piedra y la puso entre Mizpa y Sen y la llamó Ebenezer (Piedra de Ayuda) porque dijo: «Hasta aquí nos ha ayudado el Señor».