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1 Samuel 17:37 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

37 El Señor que me salvó de las garras del león y del oso, me salvará también de este filisteo. Saúl finalmente aceptó. ―Bien, ve —le dijo—, y que el Señor te acompañe.

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Biblia Reina Valera 1960

37 Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

37 ¡El mismo Señor que me rescató de las garras del león y del oso me rescatará de este filisteo! Así que Saúl por fin accedió: —Está bien, adelante. ¡Y que el Señor esté contigo!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

37 David dijo además: 'De la misma manera que Yavé me ha librado de las garras del león y de las zarpas del oso, así también me librará de las manos de ese filisteo'. Entonces Saúl dijo a David: 'Anda y que Yavé esté contigo'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

37 Y añadió David: YHVH, quien me ha librado de la garra del león y de la garra del oso, Él también me librará de la mano de este filisteo. Entonces Saúl dijo a David: Ve, y YHVH sea contigo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

37 Y añadió David: 'Yahveh, que me ha librado de las garras del león y del oso, me librará de las manos de ese filisteo'. Dijo entonces Saúl a David: 'Vete, y que Yahveh sea contigo'.

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1 Samuel 17:37
21 Tagairtí Cros  

¡Sé valiente! ¡Vamos a pelear para salvar a nuestro pueblo y las ciudades de nuestro Dios! ¡Que el Señor haga lo que mejor le parezca!».


»Ahora pues, hijo mío, que el Señor te ayude, para que puedas construir el templo para él, y cumpla lo que ha dicho en cuanto a ti.


en oro, plata, hierro y bronce. ¡Por lo tanto, inicia el trabajo, y que el Señor esté contigo!».


En el Señor me encuentro protegido. ¿Cómo se atreven a decirme: «Huye a las montañas para protegerte»?


Él está de mi parte, no tendré miedo. ¿Qué podrá hacerme un simple mortal?


Cuando oro me respondes y me animas dándome la fuerza que necesito.


en cuánto me has ayudado. ¡Canto durante la noche con gozo bajo la protectora sombra de tus alas!


Recuerdo todo lo que tú has hecho, Señor; me pongo a recordar las maravillosas obras que tú hiciste hace mucho tiempo.


Si somos arrojados al horno de fuego ardiente, el Dios a quien servimos puede librarnos del horno y de cualquier otro castigo que Su Majestad nos imponga.


«Te obedeceremos de la misma manera que obedecimos a Moisés —le dijeron—, pero cuida que Dios este contigo como estuvo con Moisés. Si alguno, no importa quién, se rebela contra tus mandatos, morirá. Solamente esfuérzate y sé valiente».


Booz llegó de la ciudad mientras ella estaba allí. Después de cambiar saludos con los segadores,


He hecho esto con leones y osos, y lo haré también con este pagano filisteo, porque ha desafiado a los ejércitos del Dios vivo.


Saúl le puso a David su armadura: un yelmo de bronce y una cota de malla.


Si está airado y desea matarte, que el Señor me mate si no te lo digo, para que puedas escapar. ¡Que el Señor esté contigo como estaba con mi padre!


¿Quién otro dejaría escapar a su enemigo cuando lo tiene en su poder? Que el Señor te recompense bien por la bondad que me has mostrado en este día.


Y Saúl le dijo a David: ―Que Dios te bendiga, hijo mío, David. Harás proezas grandes, y serás un gran vencedor. Entonces David se marchó y Saúl regresó a su casa.


Samuel entonces tomó una piedra y la puso entre Mizpa y Sen y la llamó Ebenezer (Piedra de Ayuda) porque dijo: «Hasta aquí nos ha ayudado el Señor».


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