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1 Samuel 12:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

mis hijos son parte del pueblo, y yo ya estoy viejo y lleno de canas y los he estado sirviendo desde que era un niño.

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Biblia Reina Valera 1960

Ahora, pues, he aquí vuestro rey va delante de vosotros. Yo soy ya viejo y lleno de canas; pero mis hijos están con vosotros, y yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta este día.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ahora el rey es su líder. Estoy aquí delante de ustedes —un hombre ya viejo y canoso— y mis hijos les sirven. He sido su líder desde mi niñez hasta el día de hoy.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pues bien, que el rey se encargue ahora de los asuntos de ustedes, porque yo ya soy viejo, tengo blancos los cabellos, y mis hijos están ahora con ustedes. Desde mi juventud y hasta el día de hoy he ido al frente de ustedes;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y ahora, he aquí vuestro rey marcha al frente de vosotros. Yo ya soy anciano y canoso, y he aquí mis hijos ante vosotros, y yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta este día.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Ahora, pues, ahí tenéis al rey que ha de ir al frente de vosotros. Yo ya estoy viejo y he encanecido, y mis hijos están entre vosotros. He estado frente a vosotros desde mi juventud hasta el día de hoy.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Ahora, pues, he aquí vuestro rey va delante de vosotros. Yo soy ya viejo y cano; pero mis hijos están con vosotros, y yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta este día.

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1 Samuel 12:2
17 Tagairtí Cros  

Y ahora que estoy viejo y canoso, no me abandones, oh Dios. Déjame contarle a esta nueva generación, y a los que vienen después de mí, de todos tus poderosos milagros.


un hombre que los guíe en la batalla y cuide de ellos, de manera que el pueblo del Señor no quede como oveja sin pastor.


Yo, por mi parte, dentro de muy poco seré ofrecido en sacrificio y partiré a estar con el Señor.


Mucho tiempo después, cuando el Señor había dado a Israel victoria contra sus enemigos, y Josué estaba muy anciano,


este convocó a los jueces y oficiales de Israel y les dijo: «Ya estoy viejo,


Elí ya estaba muy anciano, pero se daba cuenta de lo que ocurría a su alrededor. Sabía, por ejemplo, que sus hijos estaban seduciendo a las jóvenes que ayudaban a la entrada del santuario.


Entonces, ¿por qué tanta codicia en cuanto a las ofrendas que me son ofrecidas? ¿Por qué has honrado más a tus hijos que a mí? Porque tú has dejado que ellos engorden tomando lo mejor de las ofrendas de mi pueblo.


Y el Señor volvió a llamarlo como antes: ―Samuel, Samuel. Y Samuel respondió: ―Habla, Señor, que tu siervo escucha.


Le he advertido continuamente a él y a toda su familia que recibirán un castigo porque sus hijos blasfeman contra mí, y él no se les opone.


Pero Elí lo llamó. ―Hijo mío.


En su vejez Samuel se retiró y nombró jueces de Israel a sus hijos.


Queremos ser como las demás naciones que nos rodean. Él nos gobernará y nos conducirá a la batalla.


Pero no eran como su padre, porque eran codiciosos. Aceptaban sobornos y se corrompían en la administración de la justicia.


Le dijeron que desde que se había retirado las cosas no eran iguales, porque sus hijos no andaban por buen camino. «Danos un rey como las demás naciones lo tienen» —le rogaron.