Entonces dije: «¡Esta es mi muerte! Porque soy un pecador de boca impura, miembro de una raza pecadora, de inmunda boca, y sin embargo he mirado al Rey, al Señor Todopoderoso».
1 Corintios 9:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 No me enorgullezco de predicar las buenas noticias, porque tengo esa encomienda como una obligación y ¡ay de mí si no anuncio el evangelio! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, predicar la Buena Noticia no es algo de lo que pueda jactarme. Estoy obligado por Dios a hacerlo. ¡Qué terrible sería para mí si no predicara la Buena Noticia! Biblia Católica (Latinoamericana) Pues ¿cómo podría alardear de que anuncio el Evangelio? Estoy obligado a hacerlo, y ¡pobre de mí si no proclamo el Evangelio! La Biblia Textual 3a Edicion Porque si proclamo el evangelio, no me es motivo de gloria, pues me es impuesta necesidad, y, ¡ay de mí si no proclamara el evangelio! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pues anunciar el evangelio no es para mí motivo de gloria; es un deber que me incumbre. ¡Y ay de mí, si no anuncio el evangelio! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque aunque predico el evangelio, no tengo de qué gloriarme porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no predico el evangelio! |
Entonces dije: «¡Esta es mi muerte! Porque soy un pecador de boca impura, miembro de una raza pecadora, de inmunda boca, y sin embargo he mirado al Rey, al Señor Todopoderoso».
Así que levántate, vístete y ve a decirles cuanto yo te mande. No les tengas miedo, mantén una postura firme ante ellos.
Entonces dije: ¡Oh Señor, me sedujiste y no puse resistencia! Me veo forzado a darles tus mensajes porque tú eres más fuerte que yo, pero ahora soy el hazmerreír de la ciudad, todo el mundo se burla de mí.
¡Y no puedo renunciar! Porque si digo que nunca más volveré a mencionar al Señor, que nunca más hablaré en su representación, empiezo a sentir tu palabra como si fuera lumbre que me quema por dentro y no lo puedo resistir más.
Cuando el león ruge, todos se asustan; así también cuando el Señor comunica un mensaje, los profetas tienen que comunicarlo.
Pero fue el Señor quien me sacó de mi ocupación de cuidar los rebaños y me dijo: “Anda y profetiza a mi pueblo Israel lo que yo te comunicaré”.
»El que recibió los cincuenta mil pesos los invirtió inmediatamente en negocios de compraventa y en poco tiempo obtuvo una ganancia de cincuenta mil pesos.
Jesús le respondió: ―El que pone la mano en el arado y vuelve la vista atrás no es útil para el reino de Dios.
No podemos dejar de hablar de las maravillas que vimos y que escuchamos.
―Ve y haz lo que te digo —le respondió el Señor—. Yo lo he escogido para que pregone mi nombre tanto entre las naciones, delante de reyes, como al pueblo de Israel.
Me siento en deuda con todos, con los griegos y con lo que no lo son, con el hombre culto y también con el inculto.
Si Dios lo hubiera hecho justo por las buenas obras que realizó, tendría motivos para sentirse orgulloso, aunque no ante de Dios.
porque aunque haya diez mil personas más que les enseñen de Cristo, el padre espiritual de ustedes soy yo. Yo los engendré en Cristo por medio del evangelio.
Si otros disfrutan de este privilegio de recibir de ustedes el sustento, ¿cuánto más deberíamos disfrutarlo nosotros? Sin embargo, jamás hemos ejercido este derecho; al contrario, soportamos todo con tal de no poner obstáculos al evangelio de Cristo.
De igual manera, el Señor ha ordenado que los que predican el evangelio vivan de ese trabajo.
Bien, cuando llegué a la ciudad de Troas, el Señor me proporcionó formidables oportunidades para predicar el evangelio de Cristo.
En cuanto a mí, lejos esté de mí el pecar contra el Señor dejando de orar por ustedes. Yo les seguiré enseñando lo que es bueno y correcto.