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2 Corintios 2:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

12 Bien, cuando llegué a la ciudad de Troas, el Señor me proporcionó formidables oportunidades para predicar el evangelio de Cristo.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, aunque se me abrió puerta en el Señor,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Cuando llegué a la ciudad de Troas para predicar la Buena Noticia de Cristo, el Señor me abrió una puerta de oportunidad;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Así, pues, llegué a Tróade para predicar el Evangelio de Cristo, y gracias al Señor se me abrió una puerta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Cuando fui a Troas para° el evangelio del Mesías, aunque me había sido abierta una puerta por el Señor,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Cuando llegué a Tróade para anunciar el evangelio de Cristo, aunque se me abrió una puerta en el Señor,

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2 Corintios 2:12
20 Tagairtí Cros  

Sin perder tiempo, reunieron a la iglesia y les informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos y les contaron cómo Dios había abierto la puerta de la fe también a los gentiles.


En Troas tomamos un barco y navegamos hacia Samotracia, y de allí, el siguiente día, a Neápolis.


En vista de esto, atravesaron la provincia de Misia y llegaron a Troas.


La habitación en que se encontraban, un cuarto en el piso de arriba, estaba iluminada por varias lámparas.


Les escribe Pablo, sirviente de Jesucristo, llamado y enviado para predicar las buenas noticias de Dios.


Aquí se me han abierto bastante las puertas para predicar, a pesar de que muchos también están en contra de mí.


Si otros disfrutan de este privilegio de recibir de ustedes el sustento, ¿cuánto más deberíamos disfrutarlo nosotros? Sin embargo, jamás hemos ejercido este derecho; al contrario, soportamos todo con tal de no poner obstáculos al evangelio de Cristo.


De igual manera, el Señor ha ordenado que los que predican el evangelio vivan de ese trabajo.


No me enorgullezco de predicar las buenas noticias, porque tengo esa encomienda como una obligación y ¡ay de mí si no anuncio el evangelio!


Si no hubiéramos estado antes entre ustedes, alguien podría decir que nos estamos extralimitando. Lo cierto es que fuimos los primeros en proclamarles las buenas noticias de Cristo.


Ustedes son fáciles de engañar. Me parece que reciben a cualquiera que va y les predica de un Jesús distinto del que les he enseñado. También reciben fácilmente un espíritu diferente del Espíritu Santo que recibieron, y aceptan un evangelio diferente del que les predicamos.


¿Será que hice mal en predicarles gratuitamente, con lo cual creí humillarme para enaltecerlos a ustedes?


Si algunos no entienden nuestro evangelio, son aquellos que están perdidos,


pues el dios de este mundo los ha cegado y no pueden contemplar la gloriosa luz de la buena noticia acerca de Cristo que brilla ante ellos. Cristo es la imagen de Dios.


Con él les estoy enviando a un hermano bien conocido en todas las iglesias, que se ha destacado por su trabajo a favor del evangelio.


Cuando reciban esta demostración de servicio, ellos alabarán a Dios porque ustedes obedecen el mensaje de Cristo, son generosos y se solidarizan con ellos y con todos.


Oren también para que Dios nos conceda muchas oportunidades de proclamar el mensaje, pues por ello estoy preso.


Por eso les enviamos a Timoteo, hermano nuestro y colaborador de Dios en el anuncio del evangelio de Cristo, para que los anime y haga más firmes en su fe,


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