Y bendeciré a los que te bendijeren, y al que te maldijere yo le maldeciré; y serán bendecidas en ti todas las familias de la tierra.
Números 22:6 - Biblia Version Moderna (1929) Ahora pues, ruégote vengas y me maldigas a esta gente, porque es demasiado fuerte para mí; quizás así prevaleceré, y podremos batirla, y lograré arrojarla del país: porque sé que aquel que tú bendijeres es bendito, y aquel que tú maldijeres es maldito. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Ven pues, ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es más fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo de la tierra; pues yo sé que el que tú bendigas será bendito, y el que tú maldigas será maldito. Biblia Nueva Traducción Viviente Ven, por favor, maldíceme a este pueblo, porque es demasiado poderoso para mí. De esa manera quizás yo pueda conquistarlos y expulsarlos de la tierra. Yo sé que sobre el pueblo que tú bendices, caen bendiciones y al pueblo que tú maldices, le caen maldiciones». Biblia Católica (Latinoamericana) Ven pues, por favor, y maldice a ese pueblo porque es más poderoso que yo. A lo mejor así puedo vencerlo y expulsarlo del país, porque sé que lo que tú bendices queda bendito y lo que maldices, maldito está. La Biblia Textual 3a Edicion Ven ahora, te ruego, y maldíceme a este pueblo porque es demasiado poderoso para mí. Quizá yo pueda herirlo, y lo echaremos de la tierra, porque yo sé que a quien tú bendigas, será bendito, y al que tú maldigas, será maldito. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ven, pues, ahora y maldíceme a este pueblo; pues es más fuerte que yo. Tal vez así pueda yo derrotarlo y arrojarlo del país; pues sé que aquel a quien tu bendices queda bendito, y aquel a quien tú maldices queda maldito'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ven pues ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es más fuerte que yo; quizá podré yo herirlo, y echarlo de la tierra. Porque yo sé que el que tú bendijeres, será bendito, y el que tú maldijeres, será maldito. |
Y bendeciré a los que te bendijeren, y al que te maldijere yo le maldeciré; y serán bendecidas en ti todas las familias de la tierra.
¡Sírvante pueblos, y póstrense delante de ti naciones: seas señor de tus hermanos, e inclínense a ti los hijos de tu madre! ¡Los que te maldijeren sean malditos, y benditos los que te bendijeren!
¶Y el mensajero que había ido a llamar a Micaya, le habló, diciendo: He aquí que los dichos de los profetas con una sola boca anuncian un buen suceso al rey; ruégote pues que sea tu dicho como el dicho de uno de ellos, y que hables lo que es bueno.
Juntó pues el rey de Israel a los profetas de Baal, como cuatrocientos hombres, y les dijo: ¿Subiré a la guerra contra Ramot-galaad, o desistiré? A lo que dijeron ellos: Sube; que la entregará el Señor en mano del rey.
Y respondió el rey de Israel a Josafat: Todavía hay un hombre por medio de quien pudiéramos consultar a Jehová; pero yo le aborrezco, porque nunca profetiza acerca de mí cosa buena, sino siempre mala; es a saber, Micaya hijo de Imla. A lo cual respondió Josafat: No hable el rey así.
porque no recibieron a los hijos de Israel con pan y agua, sino antes alquilaron contra ellos a Balaam, para maldecirlos: pero nuestro Dios volvió la maldición en bendición.
Maldigan ellos, pero tú bendecirás: se han levantado, mas serán avergonzados; y tu siervo se alegrará.
Como el gorrión por vagar, como la golondrina por volar, así la maldición no viene sin causa.
Han visto vanidad y adivinación mentirosa los que dicen: ¡Dice Jehová! cuando Jehová no los ha enviado; ¡y con todo esperan que se confirme su palabra!
¡Pueblo mío, acuérdate de lo que consultó hacer Balac rey de Moab, y de lo que le respondió Balaam hijo de Beor; de lo que aconteció desde Sitim hasta Gilgal: para que conozcáis las misericordías de Jehová!
Y dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos; no has de maldecir al pueblo, porque es bendito.
porque te honraré con muy grandes honores, y todo lo que me dijeres lo haré. Ahora pues ruégote que vengas y me maldigas a esta gente.
¶Balac pues le dijo: Ruégote que vengas conmigo a otro sitio, desde donde podrás ver al pueblo; no verás sino el cabo de él, que no le verás todo; y maldícemele desde allí.
¶Dijo entonces Balac a Balaam: Ven pues, que te llevaré a otro sitio, por si acaso pluguiere a Dios me le maldigas desde allí.
Se agachó, se acostó como león, y cual leona; ¿quién osará despertarle? ¡Sean benditos los que te bendicen, y malditos los que te maldicen!
¶Y aconteció que yendo nosotros al lugar de oración, cierta muchacha que tenía espíritu pitónico, nos encontró; la cual traía a sus amos mucha ganancia, adivinando.
por cuanto no os salieron a recibir con pan y con agua en el camino, cuando salisteis de Egipto; y porque alquilaron contra ti a Balaam, hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte.
Entonces se levantó Balac hijo de Zipor, rey de Moab, y peleó contra Israel; y envió y llamó a Balaam, hijo de Beor, para que os maldijese.
Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo acaso algún perro, para que tú vengas contra mí con palos? Y el filisteo maldijo a David por sus dioses.