¡ALELUYA! ¡Alabad a Jehová desde los cielos! ¡alabadle en las alturas!
Mateo 21:9 - Biblia Version Moderna (1929) Y las multitudes que iban delante, y las que seguían detrás, le aclamaban, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús estaba en el centro de la procesión, y toda la gente que lo rodeaba gritaba: «¡Alaben a Dios por el Hijo de David! ¡Bendiciones al que viene en el nombre del Señor! ¡Alaben a Dios en el cielo más alto!». Biblia Católica (Latinoamericana) Y el gentío que iba delante de Jesús, así como los que le seguían, empezaron a gritar: '¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendito sea el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en lo más alto de los cielos!' La Biblia Textual 3a Edicion Y las multitudes que iban delante y detrás de Él, gritaban: ¡Hosanna° al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! Biblia Serafín de Ausejo 1975 La gente que iba delante y detrás, gritaba diciendo: '¡ Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡ Hosanna en las alturas!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y las multitudes que iban delante y los que iban detrás aclamaban, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! |
¡ALELUYA! ¡Alabad a Jehová desde los cielos! ¡alabadle en las alturas!
Y cuando entró Jesús en Jerusalem, conmovióse toda la ciudad, diciendo: ¿Quién es éste?
Y cuando los jefes de los sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que él hacía, y a los niños que aclamaban en el Templo, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron mucho;
Pues yo os digo, que no me veréis en adelante, hasta que digáis: ¡Bendito aquel que viene en el nombre del Señor!
¶Y pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten piedad de nosotros, oh Hijo de David!
He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y yo os digo: No me veréis más, hasta que venga el tiempo cuando digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.
¡Gloria en las alturas a Dios, y sobre la tierra paz; entre los hombres de buena voluntad!