Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre; y tú serás una bendición.
Éxodo 32:10 - Biblia Version Moderna (1929) Y ahora, déjame, para que se encienda mi ira contra él y los consuma; y yo haré de ti una nación grande. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande. Biblia Nueva Traducción Viviente Ahora quítate de en medio, para que mi ira feroz pueda encenderse contra ellos y destruirlos. Después, Moisés, haré de ti una gran nación. Biblia Católica (Latinoamericana) Ahora, pues, deja que estalle mi furor contra ellos. Voy a exterminarlos, mientras que de ti yo haré nacer un gran pueblo. La Biblia Textual 3a Edicion Deja ahora que se encienda mi ira contra ellos, y los consumiré, y haré de ti una nación grande. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ahora, déjame que se encienda mi ira contra ellos y los extermine; pero yo haré de ti una gran nación'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ahora pues, déjame que se encienda mi furor contra ellos, y los consuma: y a ti yo te pondré sobre gran gente. |
Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre; y tú serás una bendición.
Dijo, pues, que los destruiría; y lo hiciera, si Moisés su escogido no se hubiera puesto a la brecha delante de él, a fin de volver atrás su ira, para que no los destruyese.
y encenderáse mi ira, y os mataré a espada; y vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos.
¶Entonces Moisés suplicó a Jehová su Dios, diciendo: ¿Para qué, oh Jehová, ha de encenderse tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran fortaleza y con mano poderosa?
Y fué así que cuando se acercó al campamento, y vió el becerro y las danzas, se encendió la ira de Moisés en términos que arrojó de su mano las tablas, y quebrólas al pie del monte.
(tierra que mana leche y miel); pues yo no iré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz; no sea que te consuma en el camino.
Por tanto, no ores tú por este pueblo, ni eleves por ellos clamor y oración; porque no les escucharé al tiempo que clamen a mí a causa de su calamidad.
ENTONCES Jehová me dijo: Aun cuando se me pusieran delante Moisés y Samuel, mi alma no estaría para con este pueblo: ¡échalos de mi vista, y salgan!
Por tanto, no ores tú por este pueblo, ni eleves por ellos clamor y oración, ni me hagas intercesión; porque no te oiré.
Pero rebelóse contra mí la casa de Israel en el desierto; en mis estatutos no anduvieron, sino que despreciaron mis preceptos, en los cuales vivirá el hombre que los hiciere; y profanaron en gran manera mis días del descanso; de modo que pensaba derramar mi indignación sobre ellos en el desierto, para exterminarlos.
Los heriré con peste y los desheredaré, y haré de ti una nación más grande y más fuerte que ellos.
¡Separaos de en medio de esta Congregación, para que yo los consuma en un momento!
Mas ellos cayeron sobre sus rostros, y dijeron: Oh Dios, el Dios de los espíritus de toda carne, ¿ha de ser que pecando un solo hombre, tú estalles en ira contra toda la Congregación?
Déjame, para que los destruya, y borre su nombre de debajo del cielo; y haré de ti una nación más fuerte y mayor que ellos.
porque temía con motivo de la ira y de la ardiente indignación con que se había enojado Jehová contra vosotros, hasta querer destruiros. Mas oyóme Jehová esta vez también.
Confesad pues vuestros pecados los unos a los otros, y orad los unos por los otros, para que seáis sanados. Mucho puede la suplica ferviente del hombre justo.