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Éxodo 32:10 - Biblia Version Moderna (1929)

10 Y ahora, déjame, para que se encienda mi ira contra él y los consuma; y yo haré de ti una nación grande.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Ahora quítate de en medio, para que mi ira feroz pueda encenderse contra ellos y destruirlos. Después, Moisés, haré de ti una gran nación.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Ahora, pues, deja que estalle mi furor contra ellos. Voy a exterminarlos, mientras que de ti yo haré nacer un gran pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Deja ahora que se encienda mi ira contra ellos, y los consumiré, y haré de ti una nación grande.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Ahora, déjame que se encienda mi ira contra ellos y los extermine; pero yo haré de ti una gran nación'.

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Éxodo 32:10
21 Tagairtí Cros  

Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre; y tú serás una bendición.


Dijo, pues, que los destruiría; y lo hiciera, si Moisés su escogido no se hubiera puesto a la brecha delante de él, a fin de volver atrás su ira, para que no los destruyese.


y encenderáse mi ira, y os mataré a espada; y vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos.


¶Entonces Moisés suplicó a Jehová su Dios, diciendo: ¿Para qué, oh Jehová, ha de encenderse tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran fortaleza y con mano poderosa?


Y fué así que cuando se acercó al campamento, y vió el becerro y las danzas, se encendió la ira de Moisés en términos que arrojó de su mano las tablas, y quebrólas al pie del monte.


(tierra que mana leche y miel); pues yo no iré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz; no sea que te consuma en el camino.


Por tanto, no ores tú por este pueblo, ni eleves por ellos clamor y oración; porque no les escucharé al tiempo que clamen a mí a causa de su calamidad.


Y Jehová me dijo: No ores por este pueblo, para bien suyo.


ENTONCES Jehová me dijo: Aun cuando se me pusieran delante Moisés y Samuel, mi alma no estaría para con este pueblo: ¡échalos de mi vista, y salgan!


Por tanto, no ores tú por este pueblo, ni eleves por ellos clamor y oración, ni me hagas intercesión; porque no te oiré.


Pero rebelóse contra mí la casa de Israel en el desierto; en mis estatutos no anduvieron, sino que despreciaron mis preceptos, en los cuales vivirá el hombre que los hiciere; y profanaron en gran manera mis días del descanso; de modo que pensaba derramar mi indignación sobre ellos en el desierto, para exterminarlos.


Los heriré con peste y los desheredaré, y haré de ti una nación más grande y más fuerte que ellos.


¡Separaos de en medio de esta Congregación, para que yo los consuma en un momento!


Mas ellos cayeron sobre sus rostros, y dijeron: Oh Dios, el Dios de los espíritus de toda carne, ¿ha de ser que pecando un solo hombre, tú estalles en ira contra toda la Congregación?


Déjame, para que los destruya, y borre su nombre de debajo del cielo; y haré de ti una nación más fuerte y mayor que ellos.


porque temía con motivo de la ira y de la ardiente indignación con que se había enojado Jehová contra vosotros, hasta querer destruiros. Mas oyóme Jehová esta vez también.


Confesad pues vuestros pecados los unos a los otros, y orad los unos por los otros, para que seáis sanados. Mucho puede la suplica ferviente del hombre justo.


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