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Eclesiastés 4:8 - Biblia Version Moderna (1929)

Hombre hay que es solo, sin otro que le acompañe: ni siquiera hijo ni hermano tiene; y con todo, no hay fin de todo su afán, ni sus ojos se sacian de las riquezas. ¿Para qué pues, debería decir, me afano, y a mí mismo me privo del bien? ¡Esto también es vanidad y trabajo ímprobo!

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Biblia Reina Valera 1960

Está un hombre solo y sin sucesor, que no tiene hijo ni hermano; pero nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de sus riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y defraudo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Es el caso de un hombre que está totalmente solo, sin hijos ni hermanos, no obstante trabaja mucho para acumular toda la riqueza posible. Sin embargo, luego se pregunta: «¿Para quién trabajo? ¿Por qué me privo de tantos placeres?». Nada tiene sentido, todo es tan deprimente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

que no deja de extenuarse trabajando, nunca se siente lo bastante rico. Pero ¿para quién trabaja, para quién son esas privaciones? Ese es un mal negocio y que no tiene sentido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Hay quien está solo, sin nadie que lo acompañe, sin hijos ni hermanos, pero aun así su afán no tiene fin, su ojo no se harta de riquezas, y no se pregunta: ¿Para qué pues me afano y me privo de placeres? También esto es vanidad y tarea penosa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

un hombre completamente solo, sin hijos ni hermanos, y que, sin embargo, no pone fin a su trabajo ni sus ojos se hartan de riquezas. Entonces, ¿para quién trabajo yo y me privo de bienestar? También eso es vanidad y mal negocio.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Está un hombre solo y sin sucesor; que ni tiene hijo ni hermano; mas nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de sus riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y privo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo.

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Eclesiastés 4:8
21 Tagairtí Cros  

Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea para él.


Solamente en una semejanza de realidad anda el hombre en derredor; solamente para vanidad se alborota; allega riquezas, y no sabe quien las recogerá.


Y ahora, Señor, ¿qué más espero? mi esperanza en ti está.


El sepulcro y la perdición nunca se hartan; asimismo son insaciables los ojos de los hombres.


entonces apliqué mi corazón a buscar y  averiguar, con sabiduría, lo concerniente a cuanto se hace debajo del sol: trabajo ímprobo que ha señalado Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en él.


Todas las cosas se cansan con agitación incesante; no puede el hombre expresarlo: nunca se harta el ojo de ver, ni el oído de oír.


Porque hay hombre que se ha afanado con sabiduría y con ciencia y con buen éxito; y sin embargo a un hombre que no ha trabajado en ello lo tiene que dejar como porción suya. ¡Esto también es vanidad y un mal muy grave!


Porque todos sus días son dolores, y su trabajo es enfado; y aun de noche no reposa su corazón. ¡Esto también es vanidad!


Volvíme entonces y ví otra vanidad que hay debajo del sol:


¶El que ama el dinero nunca se saciará del dinero; ni quien ama la abundancia de los productos del campo. ¡Esto también es vanidad!


Y además, el provecho de la tierra, labrada por aquellos, es para todos; el rey mismo es servido del campo.


¡Ay de los que juntan casa con casa, de los que allegan campo con campo, hasta que les falta espacio; para que quedéis habitando vosotros solos en medio de la tierra!


¿Por qué gastáis dinero por lo que no es pan, y os afanáis por lo que no os puede satisfacer? ¡Escuchadme con atención y comed lo que es bueno, y deléitense vuestras almas en grosura!


¡Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os daré descanso!


Pero Dios le dijo: ¡Insensato! esta noche tu alma te será demandada; y lo que has prevenido ¿de quién será?


Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la vanagloria de la vida, no procede del Padre, sino que es del mundo.