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Eclesiastés 2:21 - Biblia Version Moderna (1929)

21 Porque hay hombre que se ha afanado con sabiduría y con ciencia y con buen éxito; y sin embargo a un hombre que no ha trabajado en ello lo tiene que dejar como porción suya. ¡Esto también es vanidad y un mal muy grave!

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Biblia Reina Valera 1960

21 ¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Algunas personas trabajan con sabiduría, conocimiento y destreza, pero luego tienen que dejarle el fruto de su labor a alguien que no ha trabajado para conseguirlo. Eso tampoco tiene sentido, es una gran tragedia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 después de haber trabajado con inteligencia, sabiduría y habilidad, uno tiene que dejárselo todo a otro que nada ha hecho.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 ¡Que un hombre trabaje con sabiduría, conocimiento y maestría, y tenga que dejar su porción a otro que nunca se afanó en ello, esto es vanidad y grande mal!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 pues sucede que quien trabajó con sensatez, ingenio y fortuna, debe dejar su hacienda a quien nada hizo por ella. También eso es vanidad y grave miseria.

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Eclesiastés 2:21
15 Tagairtí Cros  

E hizo lo que era recto a los ojos de Jehová, andando en los caminos de David su padre, sin apartarse a diestra ni a siniestra.


Y nunca fué celebrada una Pascua como ésta en Israel desde los días de Samuel el profeta; ni ningún rey de Israel jamás celebró Pascua como la que celebró Josías, con los sacerdotes y los levitas, y todo Judá, con los que se hallaban presentes de Israel, y los habitantes de Jerusalem.


Y ahora, Señor, ¿qué más espero? mi esperanza en ti está.


Pues la verá; los sabios mueren, el insensato y el necio perecen del mismo modo, y dejan a otros sus riquezas.


Su íntimo pensamiento es que sus casas serán eternas, y sus habitaciones hasta la postrera generación: llaman sus tierras de los nombres de ellos.


Volvíme pues para hacer desesperar mi corazón, respecto de todas mis labores en que me he afanado debajo del sol.


Luego me puse a observar toda suerte de trabajos, y todo género de obra afortunada; y ví que por esto mismo el hombre es envidiado de su prójimo. ¡Esto también es vanidad y correr tras el viento!


Hombre hay que es solo, sin otro que le acompañe: ni siquiera hijo ni hermano tiene; y con todo, no hay fin de todo su afán, ni sus ojos se sacian de las riquezas. ¿Para qué pues, debería decir, me afano, y a mí mismo me privo del bien? ¡Esto también es vanidad y trabajo ímprobo!


Más vale la sabiduría que las armas de guerra; pero un solo pecador destruye mucho bien.


¿Acaso tú has de reinar porque rivalizas a tus antepasados en cedro? ¿No comió y bebió tu padre? mas hizo lo recto y justo: por eso le fué bien.


Empero tus ojos y tu corazón están puestos solamente en tu ganancia injusta, y en la sangre inocente, para derramarla, y en la opresión y en la violencia, para practicarlas.


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